Volver a lo Básico.

A veces es preciso volver a lo básico,
sin explicar todo buscarle sentido,
dar un paseo lindo por el campo,
y escuchar aquel inocente niño.

Si pudieras hablar con los gallos,
o aprender el lenguaje de gatos,
preguntarles porque no usan zapatos,
y estirarte como hacen ellos a ratos.

Descubrir la isla del tesoro,
usando un mapa de juguete,
baúl de recuerdos preciosos,
en tu Improvisada caja fuerte.

Pensar en voz alta,
saludar todo el barrio,
tararear mientras pasas,
no importa si están mirando.

Comer postres el día entero,
deambular por ahí en fachas,
ignorar todos los espejos,
acoger tu natural gracia.

Usar un calcetín de cada color,
mundo de plastilina portable,
las reglas solo por hoy,
un armonioso desastre.

Y si traiciona melancolía,
pues venga otro chocolate,
fantasmas en esa abadía,
se unen o huyen al instante.

Pobres sin la imaginación,
que nunca se dan el gusto,
de escuchar esa voz interior,
que olvidaron ya hace mucho.

Es preciso seguir conectado,
con el chiquillo que llevas dentro.
esta ahí nunca te ha dejado,
hambriento de atención y afecto…