Volviendo a los relojes (Img 4 de julio)

Volviendo a los relojes
que atrasan o adelantan,
con el destino al frente
y firme la pisada,
escruto el horizonte
tras la última campaña
de labores y horarios
rodeado de naranjas.
Paso a paso camino,
me acerco a la montaña;
me acompañan las nubes
que con la luz del alba
mudarán los paisajes
y el clima, y la mirada.
No atiendo a los peligros
qué surgen de la nada
ni al espacio que intenta
cerrarme la escapada.
Me voy, como hago siempre,
a mí humilde "Maurada".

 

Profunda belleza la que rezuman estos heptasílabos arromanzados plenos de reflexión y de lirismo y que te llevan al diálogo interior contigo mismo mi querido y admirado amigo Alonso, leerte siempre es puro deleite porque te admiro como escritor y poeta desde siempre, besos para ti con todo mi cariño entrañable amigo....muáááckssssss

 

Precioso poema lleno de naturaleza, lo más bello y profundo. Un abrazo con la pluma del alma. Buen día

 

Un poema donde uno se siente parte del entorno, con sus labores diarias, con el paso seguro porque es donde pertenecemos , estamos en casa. Un poema hermoso amigo Vincent, como siempre es un placer leer tus obras.
Un gran abrazo con admiración.

 

Desde las montañas del Levante interior, mil gracias Lomi por dejar tu huella desde tus sierras andaluzas.
Menos mal que no nos prohibieron está escapada anual y necesaria a nuestro mundo diferente; ese tiene que ser mi hogar cuando el trabajo ya no me reclame.
Besos y agradecimiento, Lomi, vía estelar, que aquí arriba se pueden contemplar todas.

 

Aquí andamos entre cabras montesas y jabalís... las águilas, los búhos y los cuervos también nos rondan y sobrevivimos todos.
Muchas gracias, José, por dejar tu huella por este poema y paraje.
Un abrazo, compañero.

 

Todos los años emprendemos este viaje, y olvidamos los relojes y las rutinas del trabajo a destajo y diario.
Gracias, Alde, por identificarte con esta huída que tanto bien nos hace
Un abrazo, compañero, desde estos montes que regalan otras miradas.

 

Nada como sentirse en casa y hacer hogar aunque sea entre las piedras; creo que algo tengo de piedra, y de árbol, y de águila. Aquí andamos todos en familia: los jabalís comen al sur, las cabras al norte; la subsistencia nos une... el pan se comparte.
Muchas gracias, Laly, por llegar a estos tiempos que no atienden a los relojes.
Un abrazote compañera.

 

En muchos momentos de la vida, todos queremos escondernos del escrutinio de los relojes
que nos marcan el consumo de nuestras vidas, perder la mirada en los parajes nos reanima
para seguir sobreviviendo en esa jungla de asfalto.
Grato pasar a leerte y disfrutar de tu bello poema
Saludos cordiales y un fuerte abrazo
Alfredo

 

Bucólica mirada que se adentra en el afanosa andar cotidiano y el coraje para salvar los inconvenientes de los que se puede escapar si miramos la vida con optimismo. Es grato volver a leerle amigo. Saludos y bendecidos días en su laborioso caminar.

 

Caminamos por tu bello paseo al ritmo sugerente del romance. Saludos, Alonso.