VolviÉndose asesino

Cuántas veces me he mirado
con las misma ansias de pisarme el zapato,
de correr sin pies a lugares aislados,
de cenar sin morirme acostado.

-Ahora bien- Tengo la impresión de dormir.
¡Ya quiero soltar la soga de estúpido árbol!
No me verán fallecer en sus faldas las tupidas
estrellas y las ramas carmesí.

Mi piel quiere quitarse la piel, desgarrarse
como una seca hoja en la pulida del viento.
No quiero tener redes que bordeen mis labios.
Solo deseo el delgado lienzo de mi tupida arma.

Dormiré con gusto en la abadía profunda,
Quebrare si es posible el vidrio de este cuarto.
-¡No tengo para el alquiler deseo marcharme!-
No importa el lugar donde valla -¡maldita sea!-
​

 

hola que interesante, hay coraje en tus versos... grato leerte Saludos y estrellas
¡SONRIE

 

Vaya amigo que versos tan sorprendentes.
Saludos y abrazos.