Xxix

Atardecer de domingo,
él esperàndola allì
en una banca del parque,
cuando la mira venir.

Se acerca lentamente,
como dudando en hacerlo,
y cuando al fin està en frente
de él, le regala un beso.

Y vuelan como gaviotas
en una tarde de invierno,
son los dueños de la tierra,
de la vida y del tiempo.

Viven el sueño anhelado
y se miran a los ojos,
sintiendo que es eterno
el instante en que estàn solos.

Atardecer de domingo.
Esta es la ùltima cita.
Ella se marcharà lejos.
Queda un amor hecho trizas.

 

Las despedida son siempre triste, lindos versos.
Saludos