Y aún así no era ella

Tantas veces que no te besé,
tantas veces que no te toqué.
Tantas veces que me conformé con tenerte cerca,
con percibir tu aroma,
con escuchar tu voz.

Tantas veces que no quise saber la verdad,
que me viví en mostrarte flores frescas, marchitas y malva.
Que deleitamos nuestras miradas,
la palabra y no el pensamiento,
y el sabor carnal de nuestras bocas.

Pues esa mentira sabía deliciosa,
como la mejor de mis borracheras,
como el mejor de los sexos con engaño,
como mi mejor risa verde, luego rosa, luego negra.

Por que me puse el antifaz de tu locura,
por que te puse mi antifaz de ternura,
y por que juntas fuimos cómplices de un amor doloroso,
cuna de mi más hermoso delirio,
templo de tu más estúpido arrepentimiento.

Y aún así me doy cuanta que no eras tú,
desierto y selva no son del mismo relieve.
Que por más que yo quiera no eres continuación de mi galaxia,
ni estrella, ni planeta, ni cometa.
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Un doloroso descubrimiento, nunca entendenderé por qué el amor a veces llega a doler tanto...
Lindos versos, Gilda, ya verás cuán rápido recuperas esa risa multicolor!!
Saludos,
Chiqui.-