Y por eso brillo.

Confundí el cielo castigado por los años,
mi corazón atravesó labios en cadena,
santa culpa de la luna,
oculta descansa de mi fortuna.
Allá donde me enamoré,
donde me confesé sirviente de tu mente,
donde la edad cambia y se baña,
donde doy gracias y la vida me arrancas.
Alma hueca viste mi calavera,
espinadas cumbres me cubren,
esquinas y dolores me pudren.
Desee el deleite de mal quererte,
y sufrí con suerte la dolorosa muerte.

 

Un poema lleno de imágenes bellamente dolorosas, amar a veces duele. Un placer leerte, un abrazo!