Y VENDIERA SU CUERPO UN TRISTE DÍA

Y vendiera su cuerpo un triste día
cansada de su vida recatada,
no pensó que sería despreciada
por ser mujer de todos menos mía.

Apenas se dio cuenta como ardía
¡qué tarde descubrió ser engañada!,
se ahoga en sus cenizas sepultada
por una solitaria noche fría.

Ahora que ha perdido ya sus años,
le doy una limosna si la veo,
pero nada repara ya los daños.

Se arrastra por las calles del deseo,
a merced de lujurias y de engaños,
¿que algo vaya a cambiar? ya no lo creo.

Ramón Bonachí... Tarragona.
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SON UNAS IMÁGENES TRISTES, DE UNA REALIDAD MUY FRÍA. ABRAZOS, BELLO Y EMOTIVO SONETO.

 

Un soneto muy impactante, Ramón. Me ha gustado la forma desgarrada en la que describes muy poéticamente los avatares de una miujer que "se trabaja la calle" y que, según se lee, ha venido a menos en su caída.

Este verso :

que tarde descubrió ser engañada,

lo entendería mejor si fuese entre exclamaciones y con el "qué" acentuado así :

¡qué tarde descubrió ser engañada!,

tú me diras si me equivoco en la interpretación de esa estrofa.

Un abrazo co mi felicitación, por estos versos y por las fiestas, amigo.

 

Que te voy a decir mi querido amigo ,estaba esperando que lo leyeras para recibir consejo y quiero darte las gracias por ello,un fuerte abrazo y feliz Navidad