Ya no espero nada del otoño.

Una predisposición matutina, en la que me levanto con el cuerpo flojo de tanto estar viendo el techo... Busco el teléfono, un suspiro... Pongo una canción...

Ingrediente - Babasónicos.

Desde el primer momento que escuche esta canción supe que sería una de mis favoritas de esta banda...

Y me pongo a pensar en razones y desmotivos.

Cómo saliendo de madriguera en mañana de otoño... Es ya casi un año del revuelo de las contradicciones, de los lamentos a medias y el cruce de mi ser a una nueva vida.

Con los juicios ásperos, sintiendo un trozo de mí, casi mutilado... En el sentido metafórico... Claro.
Inconsciente de la molestia que me arrullaba... Sólo me levanté a planear una idea de mi vida fugaz.

De lo inconcreto que había quedado este camino, con arena en los bolsillos y caminando muy debajo de donde me esperaba.

Aterricé... Llevando mis ideas a la luna. Olvidando con 10 letras del sauce llorón... Aquella mujer que tanto me hizo llorar.

Han pasado casi dos años, todo mi ser a dado grandes giros... Y me alegra que el día de hoy otra mujer me robé los suspiros.

Y calmado... Tranquilo puedo hablar de estos hilos sin perder la sonrisa... Calmado, tranquilo... Me llevo mis risas a aclarar dulces días... Fuera de la podrida primavera, el otoño ya no es prohibido.