Ya no tengo en quien confiar...

ya no tengo en quien confiar,
en quien depositar mis lamentos,
mis victorias y mis anhelos.

No es por que no cuento
con verdaderos colegas,
sino por el hecho de
no poder compartir mi
corazón de nuevo.

Buscaba en mi lista
una y otra vez,
repasando si podría
hablarles sin ser juzgado
o preocupar los.

Tormento que solo
mi pecho conocía
y mi mente trataba
de consolar,
esperando recibir de el
el dulce afecto de la comprensión.

Alivio... cuanto lo añoraba,
el poder sentirlo, el poder
mantenerlo a mi lado,
como mi sombra que me acompaña
siempre y sin pedir nada.

Ya no tengo en quien confiar...
me grito en la cara para reaccionar,
y aun así no despierta la confianza,
aquella que alguna vez tuve, y brillo
tanto que varios la codiciaban.