¿Ya sabes quién eres?

¿Quién eres?

¿Quién eres tú, que oculto
tras la puerta del mercado,
dejas sin comer a quienes no ves,
escondes la leche, la carne y el pan,
abrasas de hambre al mundo
llenando surtidores con cereal?

¿Quién eres tú, que oculto
en una cafetería de Wall Street,
destrozas el cuerpo de cualquiera
exportando misiles, renegociando tanques,
subliminando metralletas?

¿Quién eres tú que quemas de sed
a quien no has mirado, socializando el humo,
fundiendo el hielo, ocultando el agua?

¿Acaso has creído que no están ahí?

¿Acaso has creído que no eres tu
quien controla el resorte de la muerte?

¿Crees que no eres tu quien envenena el futuro
extendiendo la angustia en el presente?

¿Quién eres?

¿Tu corazón está vacío o ya no late?

Un día lo guardaste en la caja de seguridad
de un paraíso fiscal y lo abandonaste.

¿Quién eres?

¿Acaso crees que al sentarte en asépticos despachos
de olores neutros o primaverales, no ejerces de verdugo?

¿Quién eres tú que abandonas a su suerte
a los padres y su afán en las filas del paro,
que condenas a la juventud
a la desesperación de un incierto futuro?

¿Crees que son materia inerte?

¿Quién eres?

Eres la muerte verde, la parca del papel inexistente.

Mírate al espejo, tienes un nombre, pregúntate quién eres.

Si no lo conoces, quien muere
por tu acción o tu inacción, lo reconoce.

Te llamas Codicia y, entre otros,
tus apellidos son Interés e Indiferencia.

En diferentes lugares te ocultas tras rostros diferentes.

Eres…
Secretario general del FMI, presidente del BCE,
presidente de USA, de Nepal, de España, de Inglaterra,
eres el del Santander o el del ING Direct,
presidente de “la reserva federal”
o el directivo de una multinacional.

Eres…

Presidente de una asociación empresarial,
un alcalde o un simple concejal,
el director de una sucursal;
cualquiera que si tiene comida y sal
cree que todo está fenomenal.

Grande o pequeño eres...
alguien que vendió su humanidad.

 

Aquí sería aplicable el dicho"ojos que no ven corazón que no sufre",aunque en algunos casos tampoco haya corazón que puede sufrir,hay gente que carece de él y sólo ven a los demás como simples números en su cuenta bancaria,¡qué lástima de conciencia desperdiciada!
Un beso y mi felicitación por este poema-protesta.

 

Gracias amiga Marina.
Un gran abrazo para ti,
Antonio