Ya vete (Soneto blanco)

Mis silencios te vocean
en mi cuarto que, en silencio,
nada sabe de mi espera,
ni manos apenas tengo.
¡Ay cuánto hueco!
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Ya vete

Otra tarde que llega sin presagios
y sin que pueda verte más que al irte,
de tantas veces me aprendí tu espalda…,
por tanto me olvidé de tu semblante…

Ya vete, sin un ruido ni un esfuerzo,
no mires hacia atrás, que no te duela
tu cuello, que no sepas qué abandonas,
sin lástima, no cargues ni una culpa.

Aquí siempre estaré por si regresas
vacía de mi amor y sin palabras,
y ausente y anhelando otros asuntos.

Aquellos que acontecen sin mi escombro,
allí en los infinitos donde huyes
de mí y del hedor de mi yacija.

 

El problema es que después, verdaderamente no vuelve
Un abrazo, Salvador.

 

Y si vuelve, vuelve vacía. Mil gracias por tu compañía constante.
Un abrazo muy fuerte.
Salav.

 

Siempre llevas una fuerza muy sabia en tus letras, grato leerte Salva

 

Como siempre, un placer leerte, Salvador.
Un fortísimo abrazo.

 

Querida Marianne, muchas gracias por tus consideraciones para con mis letras aunque últimamente de fuerzas ando bien escaso. Celebro que estas letras hayan sido de tu agrado.
Con un abrazo van mis muchos afectos.
Salva.

 

Muchas gracias, querido Ángel, por tu valiosa y constante compañía.
Te mando un abrazo pleno de afectos.
Salvador.