Yo canto

YO CANTO

Lo que vale la canción
del mendigo es poca cosa,
en cambio es muy onerosa
la del divo farolón.
Yo canto por afición
aunque mucho desentono
mas como nada ambiciono
no me importa lo que digan,
los que quieran que me sigan
si gusto les proporciono.

Cada paso errado es mío
de un sacrificio producto,
así pues es mi usufructo
sólo atado a mi albedrío.
Asumo mi señorío
sin quejas y los senderos
recorro con mis boleros
cantados con alegría
para que la dicha mía
llegue hasta los compañeros.


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Celebro, amigo Daniel que te hayan complacido estas espinelas escritas por no perder del todo la costumbre de escribir que ya se me estaba resistiendo demasiado tiempo.

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Gracias, amiga Isabel, Asun ya esta casi recuperada de su caída y el martes regresamos a Valencia, tuvimos que prolongar la estancia en Tobarra ya que es más seco y favorecía su recuperación.
Celebro que te haya complacido el tema y me hayas dejado tan amable comentario.

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Yo canto porque me gusta
como la gaviota a la mar,
y con mis pies al compás
con ritmo y a bailar!
Un placer acompañarte, un beso
Gracias por toda tu ayuda.

 

Me encanta oirte cantar
con tu melódica voz,
la mía es como una coz,
de caballo un relinchar.
Pero si quieres bailar
con tu amigo Maramín
verás que es buen bailarín
en el vals y el pasodoble.
¡Que la música redoble
en el piano y el violín!

Placentera tu visita, amiga Mamen, con buen acompañamiento, poca ayuda es la que doy pero de muy buen corazón.

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Y la dicha tuya, me ha llegado estimado Marcos en unas rítmicas décimas. No puedo oirte cantar pero me basta con leer tus versos llenos de maestría, que casi es lo mismo. Verdadero placer pasear disfrutando de un corazón tan noble.
Fraternal abrazo Marcos

 

Gracias de nuevo, amiga Isabel, en efecto está prácticamente bien aunque la humedad de Valencia le afecta bastante como me temía, para Reyes iremos a pasar otra quincena al pueblo para recuperar.
Asun me encarga de dejarte sus besos y de mi parte un cordial abrazo.

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Hace mucho que no veo a Salerín por estos rumbos, amiga Marianne, y gracias por halagarme, me temo que ahora poca voz me queda apenas para farfullar algunos sones.

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Gracias. amigo Luis, tu lisonjero comentario me ha llegado hondo. Celebro enormemente que te hayan complacido estas espinelas.

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