Yo El Galileo

Yo El Galileo


Todos los derechos son reservados
porque los caídos son los libres.

Si el derecho no es humano,
lo que es justo,
sin romano no es medible.

Que robar no robo a nadie,
pues mis vientos son al aire,
el eco pensamiento
del quehacer de toda estirpe.

Camino con mi barca a la deriva,
la arrastro por la tierra de los males;
mis pasos cansados, mis manos puñales,
me llaman el hombre perdido
y otros me llaman… Miserables
que siempre mostraron altivos
los falsos motivos, sus mares,
que alimentan de sangre inocente,
vistiendo el ropaje más antiguo
que muestra modernos intratables.

No comprendo cómo el pobre
se acomoda al engaño despreciable,
cuando ricos son disputa por el sobre
y en el sobre está el pobre negociable.

Si mi reino no es de este mundo,
¿qué hago aquí?
Si escondo el sable por amor,
aunque duela desenfundo
y corto de raíz otoños sublinguales,
que absorben por verdad lo que es mentir
y apaciguan los rebaños terrenales.

La oveja negra está dispuesta,
no para morir y que celebren funerales;
mas, disposición requiere de protesta
y ataca en estocadas, lisonjas de tales
que dicen amor y sólo dan tregua,
si adoras al fin el chivo de Mesta,
y crees alevín lo que de engaño marea,
cuando olas llenan de ilusiones
a quien empapan de malvas,
del que camina con su nave leporina,
y aún no ha encontrado el lugar
que sea un mar de verdades.

Acordaos hermanos,
que Roma extendió el Helenismo;
fusión de lo griego con lo egipcio;
lágidas y seléucidas.

¿Cómo no iba a acoger el cristianismo,
si los mitos de aquellos,
comunes y conocidos,
eran similares pitonisos?

La madre virgen, la estrella anunciadora,
la muerte y resurrección del hijo;
la adoración del niño
que fue un visto y no visto;
pues después ya se olvidaron,
y un etcétera largo, y largo…

No fueron dos semanas, ni tres,
ni tampoco un mes o dos;
fueron muchos años de pensar,
de concordar, de involucrar,
para al final mentir…

Recordad, amigos, que Moisés
también fue egipcio, y de los nobles.
No es extraño pues, que después
aparezcan mitos iguales,
pues al fin y al cabo el hombre,
es hombre en todas partes,
y los dioses siguen siendo mitos
pese a la Iglesia y todos sus padres,
que no dejan de ser, o sinvergüenzas,
o unos empedernidos ignorantes.

¿O es que pensáis acaso,
que antes de los hechos narrados,
falsos o ciertos, sobre ese cristo,
no existía el amor solidario y desinteresado?

Si así lo hacéis pecareis de soberbia
porque vuestro propio cristo, dijo:
“los que no están contra vosotros
con vosotros están”

Frase probablemente extraída
de algún proverbio chino o hindú,
cuyos mitos tienen mucha más solera
y no es extraño que ese hombre místico
lo conociera, como conocía muchas otras cosas,
que vosotros, que recibisteis,
y fuisteis testigos, nos habéis ocultado.

Y en todo caso, si como decís:
“este mundo está gobernado por Satanás”

¿Qué haceis? ¿Por qué no derrocáis presidencias,
dictadores, reinos, imperios, democracias…?

Yo os lo diré, y os lo voy a decir:
Porque sólo aplicáis la vara de medir
para lo que os interesa,
y cuando deponéis a alguna persona de su poder,
no lo hacéis pensando en aquella frase,
sino creyendo hacer un bien a la sociedad.

Pero… ¿No hemos quedado, que vuestro reino
no es de este mundo?

¿Tan ciegos seguís todavía?
Ser un poco consecuentes
y no os dejéis engañar
que quien os engaña no es otro
que la piel del humano
vestido de oveja.

Por mucho filósofo, y mucho político,
y mucho orador, dios seguirá siendo lo que es
en la conciencia de cada ser.
La mentira y la verdad no están en los hechos,
sino en el conocimiento de los mismos.

Os digo la verdad… Creedme.
Yo era un alma inocente
que todo lo creía de buena fe…
Después de escudriñar, comparar,
meditar, sopesar…

La indignación es tan grande
que no se puede perdonar
porque para perdonar es necesario
que quien ha engañado rectifique,
y éstos, no están dispuestos a hacerlo.

Todo lo que el señor nos ofrece es bueno,
mientras no nos mate.
Sean dones, duros o tiernos,
serán dones que nos harán caer enfermos,
pero no es de balde,
porque los curas nos curan de sus infiernos
que son los cielos de toda carne,
y quieren que carnes sean talentos,
el aposento en el que asienten
los falsos credos de respetables.

Y tengo más en la maleta,
que en el viaje de la vida nunca se llena;
que tanto enfermo hay en la viña
que ahora el vino no es receta.

Desde mi casa se escuchan los veloces bólidos
como un enjambre de abejas…
¡Nutrición! Se dirigen los periodistas
hacia la Alcaldesa y hacia el Camps cara pin,
y preguntan:

¿Se han enterado de lo de Afganistan?

Sí, ya lo sabíamos.

-Dice Rita: “Nuestras condolencias
a todas las familias afganas”

-Y lo arregla Camps:
“Quiero que sepa todo el mundo,
que no están muertos;
su masa por la velocidad de la luz
nos da la energía para poder seguir aquí
y poder disfrutar, gracias a ellos,
de este evento que es una inversión
con pingues beneficios, y que eleva a Valencia
a la categoría que se merece,
con la mayor fórmula de todos los tiempos
en donde el pez grande se come al chico:
La Fórmula número uno"

Plácido, que andaba por allí,
no tuvo más remedio que cantar:

“Ahora visto de español,
ahora visto de español,
ahora visto de español…

¡Ay sí!
Ahora visto de español,
que ahora viste con el sí
y ahora viste con el no.

Ahora visto de español,
ahora visto de español,
un remedio de español,
un remedio de español,
que ahora viste con el sí
y se resiste con el no.

Terminó el evento y se fueron a reírse,
tan a gusto, uno electo presidente,
la otra afecta de alcaldesa;
los dos con la gracia entre los dientes,
y el bolsillo no es bolsillo,
ahora es necesaria la maleta
donde el din de la inversión es el cepillo
y el don de la ignorancia es la peseta,
el progreso, que es regreso al monaguillo,
es progreso porque el preso con la presa está de fiesta,
y lo engañan con barítonos y ruidos,
y lo asombran si la nada sabe a fresa.

Por eso señor, yo te pido, como aquél decía:

“El señor le dijo a mi señor”

¿Habrá más prueba en ésta, de conciencia?

Pues consciente soy en mi señor,
que también señores hay en la cuneta;
y lo que pido es, que nunca me abandone el intelecto
para hablar la verdad tan comprobada,
que no hay un solo sol sin fundamento
que no brille junto al cuerpo de la amada;
y si amor se nos oculta en la tormenta,
buenas son porque nos multa
la natura que nos habla y se lamenta,
no por dolores de parto,
sino porque el dolor existe,
para que el placer lo sea.

Yo soy El Galileo,
yo el hombre,
yo la piedra,
yo el monte,
yo la hierba;
y nada veo en el humano,
que se ha mentado
en el dios de menta,
santificado de sobre nombre
cuando son treinta
los que se inventan.
​

 

Comienzo de diez, estribillo de cinco y final de nueve. Gracias Orfe.

 

Había que bajar el listón en la mitad, porque no he podido resistir la alusión al evento, que tenía en las narices... Muchas gracias Ángel, un fuerte abrazo