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Yo Juan Vicente Fuentes

Tema en 'Tu Obra Maestra (en verso)' comenzado por uriel antonio molina, 26 de Julio de 2013. Respuestas: 3 | Visitas: 796

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  1. uriel antonio molina

    uriel antonio molina Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    14 de Julio de 2010
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    - ¿Nombre?
    - Juan Vicente Fuentes.
    - ¿Edad?
    - No recuerdo.
    - Permítame su identificación.
    - Nunca he tenido, en octubre llego a tener la mayoría de edad, no sé, si de este año o del que viene.
    - ¿Oficio?
    - Lustrador, soy lustrador.
    - ¿Dirección?
    - Mi dirección, vivo en un barrio, no la sé exactamente.
    - ¿Nombre de su madre?
    - El nombre de mi madre: hasta la pregunta me golpea la sien… Carmen.
    - ¿Carmen, que?
    - Solo Carmen, no tiene otro nombre.
    - ¿Fuentes?
    - Si señor fuentes es su apellido…
    - ¿El oficio de ella?
    - Una gran señora. ¿Porque me mira con desprecio? ¿En este país es necesario ser hijo de un solo matrimonio? ¿Qué le pasa porque se ríe?

    Yo nací por descuido, escape de un aborto, ella cobraba los placeres. Algunas vecinas; las muy señoras les decían a sus hijos que no se juntaran con el hijo de la puta, Con el hijo de la Carmen… con este que ustedes ven aquí. Y los hijos de putas no se acercaban. Ser el hijo de Carmen. Era como, una especie de lepra, nunca tuve amigos, siempre he sido un solitario. Tampoco tuve hermanos. Ella casi nunca estaba a mi lado… Dormía casi todo el día y por las noches salía a veces llegaba borracha con un hombre diferente… antes de conocerlo a él,
    - ¿Su padrastro?
    - Ese no era mi padrastro… solo vivía con ella, él no era casado con ella, quien va querer casarse con una puta. Esa noche, fue el día en que empezó mi calvario, como de costumbre Carmen volvió a llegar otra vez.
    - ¿Con quién?
    Con el desgraciado ese… pues sí, es de él que estamos hablando ¿no? Eran como las dos de la madrugada, ambos traían una botella de cerveza en la mano, quien sabe de que se reían era una risa asquerosa, se besaban con chasquidos de aguardiente, bocanadas de humo de cigarro barato todo el lugar estaba contaminado.

    ¡Deje de sonar esa maldita máquina, me destroza los nervios!

    Casi siempre yo fingía dormir, si tenía deseos de orinar me aguantaba, hasta que los hombres se fueran y ella se quedara dormida, Nunca me orine en los calzoncillos, no recuerdo a qué edad dejé de hacerlo, siempre he tenido esa capacidad de soportar los deseos, inclusive hasta dejar de hacer tantas cosas, lo debido y hasta lo indebido.

    En la sombra de la noche se inclinaban las botellas como en una fiesta, el cuarto apestaba, las siluetas soltaron sus ropas y empezaron los gemidos, gritos, caricias y aquellas maquinas humanas se movían de arriba hacia abajo, de abajo hacia arriba, sentí miedo por mi madre, parecía que la estaban despedazando, no sé por qué lo relacionaba con la trituradora de piedra, sentí una resequedad en la garganta y unos grandes deseos de orinar, no pude moverme de mi cama, de momento hubo un silencio, pero ya era demasiado tarde mi catre estaba mojado. Fue una noche interminable; El hombre no se fue. Cuando llegó la claridad, salí temprano de la casa, cogí la caja de lustrar y deambulé por el barrio, para dar tiempo a que se fuera el hombre.

    ¿Señor puede dejar de fumar?, ¿puede apagar ese maldito cigarro? Me desconcentra.

    Regrese tarde, más tarde que de costumbre, muy tarde. Ese día no hubo zapatos que limpiar, mientras caminaba, las imágenes pasaban como pasan los postes en la carretera.

    La puerta estaba entreabierta, aquellos cuerpos seguían desnudos, ropas por todos los lados, colillas de cigarros, mas botellas vacías el cuarto apestaba, esa noche no salió la dama. Se quedo con su cliente.
    ¡Callen de una vez esa mierda!
    ¿Cuándo van a parar ese goteo?, ya no sé si son gotas o golpes que se estrellan en el casco de mi cabeza.

    Así pasó el tiempo, el hombre nunca se fue… Las noches continuaron siendo largas, mi madre descubrió que las sabanas estaban mojadas todo apestaban a miado, me golpeo más de una vez y ese hombre también me pegaba. Y fue naciendo un odio hacia él, a veces los odiaba a los dos.

    - ¿Cuánto tiempo estuvieron juntos?
    - No me pregunte eso, tres o cuatro años tampoco lo recuerdo, yo, tenía doce o trece, tengo sed.
    - ¿Exactamente cuánto tenía usted?
    - no quiero hablar de eso, estoy cansado. Ya le dije que no me acuerdo; creo que fue hace dos o tres años, no recuerdo muy bien, entiendo ya sé que es por mi bien.

    ¿Por qué fuma? ese olor me trae malos recuerdos

    ¡No me joda más!

    Discúlpeme no pude evitarlo siempre he cargado con unos inmensos deseos de gritar tantas cosas, durante meses cargue con un deseo de huir, poro no sabía a dónde ir.
    Mi madre volvió a sus andanzas, si, el hombre, al parecer estaba de acuerdo, salía de putería. A veces llevaba dinero y a veces solo llegaba borracha y era entonces que el hombre le pegaba, después ella me buscaba y abrasaba yo también la abrasaba con estas manos que dieron caricias.
    Después ella me quitaba los reales que ganaba por lustrar, después lo hacia él, yo no decía ni una sola palabra. ¡Solo pensaba! Eso se convirtió en una costumbre, siempre preferí el día.
    Y pensar, que en algún momento de mi vida, me hice la caja de lustrar para reunir unos centavos, para que mi madre dejara ese maldito oficio, pero fue peor.

    - ¿peor? ¿Por qué?
    - Una noche Carmen llegó totalmente borracha, el se asomo por una hendija de la puerta abrió, discutieron se gritaban, de pronto se escucharon golpes y llantos de mi madre, yo quería ir donde ella. De pronto entro y tomó un cuartón de dos por dos pulgadas de cedro real que otra persona había dejado olvidado, no quería ver esa escena.

    Mientras tanto mi madre le gritaba.- amor te amo-. Esas palabras nunca se las había escuchado a Carmen,- me embriagué por voz, mañana te voy a traer más plata- . Mientras se quejaba. Y él le decía que se fuera a la verga. Parece que ella se desmayo o simplemente se quedo dormida.

    - ¿usted también estaba dormido?

    No, yo no estaba dormido, el hombre daba vuelta como un león enjaulado refunfuñando y tirando todo lo que encontraba a su paso, no sé por cuanto tiempo, pasaron los minutos y algunas horas, todo quedo en un silencio. Los grillos y los perros de la noche hacían su serenata.

    Una luz entraba por el techo de la casa revelaba la silueta del hombre enfurecido. Que se fue a la cama, espere más tiempo… camine en dirección a la puerta… ella estaba a recostada a la puerta que estaba asegurada por el cuartón de cedro. Regrese a mi catre y de repente sentí que la sombra me agarro, anda –acóstate-, me dijo, no dije absolutamente nada, como de costumbre, aterrorizado regrese a la cama.Todo se repite, pero es como una piedra que uno tira al rio, la piedra cae y los pequeños círculos se van haciendo cada vez más grande.

    Mi madre ya no llegaba por la noche, aparecía hasta el día siguiente y el hombre daba vueltas y vueltas tomaba y fumaba mientras yo esperaba a que él se quedara rendido. Una noche llegó a mi catre y me Quise gritar, pero tuve mucho miedo…Carmen no llegó por dos días, creo que fue todo el fin de semana, que mas da para alguien que todos los días son iguales.
    Me tapo la boca…

    - ¿Qué edad tenias vos?
    - doce o trece años…Y siempre la noche se convirtió en un personaje detestable.
    - ¿y… no se lo contaste a nadie?
    - Si lo quise contar, pero ¿quién la va a poner atención al hijo de la prostituta?
    De esta manera, la sombra sigue llegando, ya no hay grito por que el lamento esta en el alma, que tiene tanta paciencia, se acabó no puedo más… creo que estaba soñando… De pronto grito ¡Mama, tengo miedo!, ¡esa sombra se acerca, no quiero que me toque!, ¡si mama es ese hombre!

    - Qué te pasa cabrón, a caso sos un maricón o querés que se vaya el de aquí, primero te vas vos, si el hombre ni siquiera te determina. Sos igualito a tu padre de celoso.

    - Ni la misma prostituta nunca me puso atención. he olvidado lo que sigue, lo siento señores, discúlpeme no puedo seguir, nuevamente los nervios me han traicionado.

    ¡Dejen de escribir en esa máquina!, por lo que más quieran, siempre lo mismo, también este sonido lo llevo de escucharlo más de seis meses, años, siglos, que se yo, todo están tan eterno, aquí nunca pasa nada siempre lo mismo, bueno casi siempre los mismos sonidos, el mismo ruido, hasta el mismo silencio, ustedes pueden irse, tengo que quedarme hasta que ustedes lo decidan total que es el tiempo.
    ¿Alguien sabe qué hora es?

    - ¿para que queres saber la hora?

    - no para nada… solo quería saber si es de día o es de noche…fue precisamente la hora en que todo paso…si era de noche como esta hora…me sudan las manos, estas manos que dieron caricias y dieron muerte, siento ganas de llorar con estos ojos que miran y los golpes si esos que se escuchan cada vez mas fuertes…No es por la hora es por el recuerdo, ahí está esa maldita sombra que me aterroriza algún día voy acabarla de una sola vez.

    Nuevamente golpea a mama, le quita la ropa, ella sangra, llora, gime, él le grita puta, maldita perra, me das asco, la penetra, ya no lloro, no tengo lagrimas, ni dolor, solo repugnancia, ella esta borracha otra vez, la sigue golpeando, casi está muerta, me tiembla el cuerpo, los nervios me traicionan como otras veces, viene hacia mí , cierro los ojos, duermo sin soñar, tengo miedo, lloro, grito, tengo frio, ardo, me quemo, no puedo gritar, las lagrimas se han anclado en mi garganta, mamaaaaa….No me oye, el esta echado junto a ella, estas manos tiemblan como puede poseer tanto odio, tanto desprecio, allí esta ese cuerpo, nuevamente me traicionan los nervios solo está la tranca de la puerta las sombra resopla, es una insoportable serenata, estos ojos que no quieren verlo solo dibuja una mancha.
    ¡Por favor deje de hacer ese ruido!

    - ¿Por qué espero tanto tiempo?

    - si, esperé, no por mucho tiempo, no pude esperar más, me lancé y éstas manos tomaron la tranca de la puerta, sí la tranca de la puerta y golpié y golpié repetidas veces sobre el rostro de la sombra hasta transformar una corriente de sangre, en una mancha sobre la cama hasta acabar con ese maldito rostro que cada noche aparecía como una sombra, mientras mordía la almohada de mi cama y hasta entonces fue que pude gritar y gritar y gritar con aquella tranca en mis manos mientras salpicaban en mi cuerpo algunos trozos de piel, de sangre, de sesos, no sé de qué otras cuantas mierdas mas, el hijo de puta ya no resoplaba era un cuerpo sin cabeza, al fin había arrojado el odio que llevaba dentro de mí, estas manos fueron certeras y dieron muerte. No grito, tengo una suerte, una maldita suerte, el desgraciado expiro con el primer golpe el resto solo era odio.
    ¡No siga sonando esa máquina!

    Ese ruido vuelve a mí, ese golpe constante que llevo acuesta, soy un esclavo del recuerdo, de la angustia, de la soledad, el cuerpo estaba inmóvil, todo era una gran mancha, mi madre aun vivía, el no la mató, fueron estas manos que dieron muerte, estas manos que quisieron dar caricias.
    Y grite, grite: mamá vámonos, vámonos, el aire me asfixia todo esto huele a sangre, a semen a lágrimas a dolor, mamá te quiero éstos ojos no quieren ver tus ojos, Porque me miras así, deja ese cuchillo la tranca de la puerta teñido de rojo como mis manos, estaba encarnada en este rencor, que silencio, estos nervios me traicionan, no quiero oír lo que me dice Carmen, la dama, la gran señora, ya no es mi madre es la amante de la sombra que lo llora, me siento mal, todo cada vez se oscurece mas y mas, mamá porque me miras con tanto odio, esa sombra me condeno a morir. Mientras te violaba, te golpeaba, te gritaba: puta, perra, ramera, mientras me obligaba a sentir su respiración y nunca me oíste…o no quisiste oír. Mama solo veo una sombra esa sombra que mis ojos no quieren ver, cierro mis manos con fuerza, quiero ver su rostro y se oculta, es esa maldita sombra mama, no me dejes tengo frio, ardo me quemo, donde estas.

    - ¿Era otra sombra o estaba alucinando?

    - no señor, no era otra sombra era Carmen, mi madre, una, dos, o tres veces le di con la misma tranca…yo que se…estaba ciego…
    ¡Dejen de hacer ruido! ¡Dejen de hacer ruido!
    Empezaron a llegar ojos sin rostros, risas sin boca, viseras dedos acusadores, gritos inquisidores, nuevamente inquisidores, manos que me condenan y sonaba el reloj, sonaron sirenas, campanas, maquinas, portones que se cierran y abren constantemente, gritos, golpes, voces…
    ¡Paren esa máquina o terminen de matarme!… ¡háganlo de una vez!
    Yo Juan Vicente Fuentes, mate a mi madre, a su amante y a la sombra, ahora ustedes tienen la última palabra, no voy a defenderme.
     
    #1
  2. GAVASE

    GAVASE Invitado

    Excelente relato que merece ver la luz. Un placer, saludos.
     
    #2
  3. jorgeluis

    jorgeluis Poeta fiel al portal

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    21 de Septiembre de 2011
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    Buen relato nos dejas, un placer leerlo
     
    #3
  4. marjo

    marjo Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    10 de Octubre de 2011
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    Un buen relato nos dejas, gracias por compartirlo
     
    #4

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