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Yo no tengo enemigos. ¿Y tú?

Tema en 'Prosa: Filosóficos, existencialistas y/o vitales' comenzado por Old Soul, 25 de Enero de 2017. Respuestas: 0 | Visitas: 689

  1. Old Soul

    Old Soul Poeta adicto al portal

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    Yo no tengo enemigos, es más, creo que nunca los he tenido. Aunque es cierto que cierta gente no opina lo mismo, pues ellos se refieren a mí como su enemigo, cada cual con una intensidad u otra, pero todos ellos queriéndome mal.

    Yo, desde hace ya muchos años, desde que me encontré por primera vez con este tipo de gente, he tratado de explicarles que no soy su enemigo, de forma activa y pasiva. Pero el simple hecho de que yo no los considere mis enemigos, pues no tengo, es algo que les resulta tan extraño que no lo llegan a entender. Por lo que siguen considerándome su enemigo; y actuando en consecuencia.

    Y es que hay ciertas mentalidades que no alcanzan a entender que yo no les quiero mal, que nunca así he querido, que no siento rencor ni quiero venganza; pese a lo qué hicieron. Pero... ¿Cómo hacerles entender? Si tienen tanto odio dentro que no ven ni sus propias lágrimas.

    Cómo explicar a aquella pareja de hermanos, del tamaño de dos edificios, que en uno de los colegios en los que estuve, sin previo aviso, me metieron tal paliza que, hecho un ovillo en el suelo, me mee encima de las patadas que me dieron. Cuando les pregunté porqué lo habían hecho la única y repetida explicación que me dieron fue que “nosotros no somos unos mierdas”. Enigmáticas palabras que, después de mucha reflexión y años, llegue a la conclusión que significaban tanto como “me das asco” y “le gustas a la chica que me gusta”. Nunca tuve la oportunidad de explicarles que no sólo no me gustaba esa chica sino que en la vida, antes de la paliza, había pensado en ellos ni de una forma ni de otra. ¿Cómo explicarles que simplemente descargaron sus frustraciones sobre mí? Su complejo de inferioridad.

    O a aquel golfo del barrio de al lado en el que vivía, que una noche quiso apuñalarme porque le molestaba todo en mí. Desde cómo hablaba, a que hablase inglés, pasando porque nunca me dirigía a él, pues no le daba mucha confianza. Cómo hacerle entender que esa noche no quise pegarle, que no más le di unos golpes para desarmarlo y que se estuviera quieto. Cómo explicarle que no era necesario que contratase a aquel ex presidiario meses después para que me apuñalara. Por suerte, el ex presidiario sí lo entendió pues, casualmente, pese a que las casualidades no existen, nos conocíamos. Y entre el tamaño del que era mi perro y mis amables palabras quedó todo en una breve charla. Mas. ¿Cómo explicarle a ese golfo que no le tengo rencor alguno? Pese a la cicatriz que por esa pelea llevo en mi frente. Aún hoy en día sé que mal me recuerda. Actualmente es el mayor traficante de un barrio al que no me conviene acercarme. Mas. ¿Tú qué hubieras hecho en mi lugar?

    O el caso de aquellos tres tipos, cuando trabajaba de portero en un local nocturno, aquellos tres boxeadores grandes y brutos, uno de ellos peso pesado. ¿Cómo explicarles que pudimos evitar aquella pelea? La única que tuve en dos años en ese oficio. ¿Cómo explicarles que sabía que venían de armar otra pelea en un local cercano? ¿Que sabía que querían entrar sólo para darle una paliza a otro que se escondía dentro? ¿Cómo explicarles que nunca quise golpearlos? ¿Que no llevaban odio mis golpes? ¿Cómo explicarles que si le di tan fuerte al más grande sólo fue para que se retiraran? Esos tres eran gente, y son, muy odiados, lo sé porque me felicitaron muchas personas después por haber hecho lo que hice. Me felicitaron, me invitaron cosas y una hasta quiso acostarse conmigo, pero ni una sonrisa me sacaron en respuesta a sus atenciones, ellos tampoco me entendían. Los golpee porque me atacaron, yo hubiese seguido hablando hasta que amaneciera, los golpee y, pese a que no me arrepiento, si hubiese podido, hubiera elegido no hacerlo. Mas. ¿Tú qué hubieras hecho siendo yo? Yo actué por instinto, y sin pensar en las consecuencias, que las hubieron.

    Pues me buscó uno de los mayores mafiosos de un barrio, y es que el más grande de los tres boxeadores era su hermano. Mi ex jefa, por miedo a las represalias, me echó un mes del trabajo. Esa neurótica mujer creo que al día de hoy aún no se da cuenta del favor que me hizo, pues donde primero me buscaron fue en su negocio. Ese barrio, el del tipo que me buscó, es otro sitio que no visito.

    Mas, dime, si sabes. ¿Cómo explicarles a todos estos que no son mis enemigos? ¿Que yo no soy su enemigo? O a aquel jefe de la mafia, todo un caballero, hay que decirlo, el mayor mafioso del lugar en el que habito, que ordenó matarme de una forma cruel, básicamente, por un mal entendido, porque miré serio a su hermano. Sucesos tras los que, al final, como puedes entender, sigo vivo. Pero esa historia me la reservo, pues hay historias que es mejor contarlas ante una hoguera y en una negra noche, o pierden encanto, y, además, ya hay suficientes ejemplos de aquellos que me consideran su enemigo.

    Mas. ¿Tú qué hubieras hecho, siendo yo, en todos estos casos?

    Supongo que en el primer ejemplo, me dirás que, al fin y al cabo, son cosas de niños mas. ¿Y el segundo? Me lo encontraba todos los días. ¿Tal vez darle dinero al golfo mientras te golpea y te veja? ¿Todos los días? Es lo que hubiera hecho. ¿Y en el tercer ejemplo? ¿Qué hubieras hecho con los tres boxeadores? Parte de la base que es siendo yo, así que sabes pelear y tienes fuerza. ¿Qué hubieras hecho? Ya, no trabajar en eso. Pero no tenía más opción, no tenía manera de sustentarme, era un trabajo que realmente no me gustaba, pero era lo único que había. ¿Qué hubieras hecho? Piensa que, si entran, otro es el que se lleva una soberana paliza donde tu trabajas dando seguridad. Y que, cosa que yo no sabía en el momento, después, si te enfrentas, te van a buscar para darte una paliza. Dicho así, siempre pierdes, la única diferencia estriba en que o te dan una paliza o el resto de sus vidas querrán dártela.

    Más o menos por eso hay gente que me cree su enemigo, porque tengo un vehemente instinto de conservación y no me gusta que me golpeen, por lo que lo evito, si puedo evitarlo. Lo que no entienden es que yo, por ello, no les guardo rencor, ni si quiera por aquellos que trataron de matarme. No siento ira, ni me siento vejado, ni les tengo miedo, más bien reparo, pese a que desean mi mal. Pues no son mis enemigos.

    Sé que, simplemente, quieren resarcir su orgullo vejado, aunque así nacieron con él, pero ellos no lo saben, y yo lo he herido más porque es fácil herir el orgullo del malvado. Cosa que, visto lo visto, a mí se me debe de dar muy, pero que muy bien...


    Mas, yo no tengo enemigos.

    Un enemigo se elije, como se elije amar a alguien, y yo elijo no tener enemigos.

    ¿Y tú? ¿Tienes enemigos?
     
    #1
    Última modificación: 26 de Enero de 2017
    A homo-adictus le gusta esto.

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