Zodíaco.

Fuimos felices, durante muchos siglos.
Lo que ocurre es que no podemos demostrarlo.
Y es por ello que nos venimos abajo, comúnmente.
Volvemos a ser plebeyos o pueblo llano.


Pero solicitamos la ayuda del ecosistema, medio-ambiente o panorama.


Ya que hay una ciencia en la Madre Naturaleza.
Un conocimiento poético, previo a todo lo demás.
Una belleza en el silencio. Personas y personajes.
Estos últimos, sin voz ni voto...


¿ Cómo llegué a ser un hombre de palabra ? Te preguntarás...


Un hombre de una pieza: De los pies, a la cabeza...
No fue por mi afición a beber cerveza rubia, roja o negra.
Ni tampoco por la buena puntería, en la diana de dardos.
O por los bolos de la bolera, el patinaje sobre hielo o el billar americano...


Ni esquí alpino, ni campamentos de los Boy Scouts, ni películas de cine, de dibujos animados...


Ni libros extensos, ¡ Más bien música clásica !
Al piano.
Temperamento.
Es lo que hace que esté contento. De ahí procede la nobleza.





Y nos permite tratarnos mutuamente, con delicadeza. Más vale maña que fuerza.


Como los astros cercanos, que la astrología estudia,
pues su movimiento arcaico, en nuestras vicisitudes cotidianas, presión ejerce.
Y así, los signos del Zodíaco.
Querida, pertenecemos al horóscopo.


" Vete al cuerno. Anda y vete a freír espárragos. "


¿ Cómo te atreves, pobre ilusa ?
¿ Crees que Adán y Eva, en efecto, tenían ciencia infusa ?
Todo se hace a través de los cuentos de hadas.
No sé a qué viene esto. ¿ Por qué te enfadas ?


" Porque me quieres, sólo si me unto el cuerpo desnudo, con nata montada. "