Tailandia

Llueve como si no hubiera un mañana,
y antes de creer que te cortan
las expectativas de un día,
de repente cambia todo y se despeja,

así es el tiempo en Tailandia,
te tiene en vilo,
jamás sabe lo que puede suceder.

Un país caótico por sus normas,
cada cual en carretera
toma tus propias decisiones,
aún en contra del resto,

esto es un sálvese quién pueda,
se conduce con mucha agresividad,
a pesar que se supone que es un país
con mucha serenidad,

o eso es lo que venden,
no se ve calma, se ven personas
supeditadas a un régimen,

esclavos del extranjero que llegan,
creyendo que son
más poderosos que ellos,

aunque son personas
con una eterna sonrisa,
no significa la realidad,
solo disimulan su decadencia,

su forma de vida que esclaviza,
su pobreza infinita,
su orgullo herido,

no siento alegría en ellos,
siento el deseo que tienen
de ser más ricos que los demás,

creo que se sienten inferiores,
siento pena, me pongo en su lugar,
y me sentiría desgraciada,

sirviendo al empoderado,
con un régimen disciplinario,
que ellos mismos se inculcan,
y que no les dejan ni respirar,

la ciudad está contaminada,
es muy sucia,
la calidad de vida es pésima,

da pena ver tanta pobreza,
tanto retraso en cultura,
tanto servilismo obligado.

Tailandia un país bello,
con una ciudad descuidada,
una parte adecentada
y otra parte terriblemente sucia,

enferma de pobreza,
que cuesta hasta mirarla,
ya que te llega un sentimiento
de pena y de impotencia
porque no puedes cambiar lo que ves,

por ver la forma como viven,
es un atraso grande de vida
en todos los aspectos,
no entiendo como el gobierno
no pone remedio a tal desorden,

da pena, mucha pena,
que seres humanos vivan
en esas condiciones infrahumanas,

que se conformen con esa situación
de extrema pobreza,
porque tampoco pueden hacer nada,
ni energías les quedan,

qué horrible y qué pena más grande,
ver la situación y no poder ayudar,

nada más que llorar en mi interior,
la pobreza del ser humano
en condiciones lamentables