1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación
[​IMG]
Color
Color de fondo
Imagen de fondo
Color del borde
Fuente
Tamaño
  1. [​IMG]
    Sobre la mesa, las cuartillas inútiles de un blanco lechoso emitían destellos de luz propia. Los lápices de afiladísimas puntas denotaban sus ansias de entregarse a la acción. Una goma inerte yacía junto a ellos; pero todo era quietud dentro de la mente del escritor.
    Las ideas, otrora bullentes en su cabeza, se habían desvanecido como por ensalmo, dando paso a una extraña laxitud, un hueco, un vacío.
    Se esforzaba por pensar, pero era inútil, sólo conseguía percibir ecos de sombras de antiguos pensamientos. Buscaba su proverbial creatividad agazapada en algún oscuro rincón de la oquedad de su cabeza, pero no estaba.
    Simplemente había desaparecido.
    El escritor se quedó ensimismado, los ojos muy abiertos, alerta a cualquier cambio que se produjese en el agujero negro que era ahora su cerebro. Nada.
    Así transcurrieron los minutos, que se trasformaron en horas, y luego en días. Al sol siguió la oscuridad de la noche y de nuevo amaneció. El escritor seguía erguido en su silla, ajeno al paso del tiempo, escudriñando hacia dentro, por si percibía un cambio o un atisbo de pensamiento.
    Las cuartillas languidecían, su delicada celulosa se iba tornando amarillenta y los lápices habían abandonado ya toda esperanza. La goma se deprimía ante su inutilidad manifiesta.
    El escritor, impasible, esperaba que sucediese el milagro, pero el milagro se demoraba. Su rostro se demacraba por momentos, la tez le amarilleaba. Los ojos, ligeramente hundidos, estaban circundados por leves arrugas de color violeta.
    Y pasaron más días.
    De pronto un pequeño chispazo en el iris reveló indicios de actividad neuronal, era un atisbo, una leve esperanza.
    Con esfuerzo y parsimonia alargó una mano entumecida a causa de tan larga inactividad, e intentó asir uno de los lápices. Lo acercó a la cuartilla, casi apoyándose sobre él y comenzó a garabatear con torpes movimientos.

    Capítulo primero:

    Sobre la mesa las cuartillas inútiles de un blanco lechoso emitían destellos de luz propia. Los lápices de afiladísimas puntas denotaban sus ansias de entregarse a la acción...



  2. A Javier Alánzuri, libelula, lesmo y 4 otros les gusta esto.
  3. [​IMG]


    Lo he publicado a la vez en el foro de clásica porque no se pueden subir las poesías convertidas en imágenes, como esta que os muestro aquí. Por eso he duplicado la publicación, para poder adjuntar el enlace. Normas del foro.

  4. [​IMG]

    Mi querida bailarina
    hoy te he visto regresar
    con ese alegre danzar
    que todo lo contamina.
    ¡Libérame danzarina!
    la nostalgia me encadena,
    la soledad me enajena,
    siento que en mi hogar habitan
    mil silencios que crepitan
    recordándome mi pena.


    Has de romper las cadenas,
    bailando alegre conmigo
    y verás como consigo
    que se evaporen tus penas.
    ¿No te corre por las venas
    ni un atisbo de alegría?
    No digas, amiga mía
    que estás tan desesperada,
    triste y sumida en la nada
    que sientes el alma fría.


    Hay días en que florece
    en mi una leve sonrisa,
    es como un soplo de brisa
    que luego se desvanece.
    Mas tu danza me enardece,
    tú me animas y me enciendes
    con la magia que desprendes
    en tu baile de claqué;
    tú me devuelves la fe
    en que han de existir los duendes.


    Pero no siempre mis pies
    están prestos a la danza
    porque a veces no me alcanza
    ni me llega el interés
    por seguir con los “claqués”.
    Y un sentimiento algo oscuro,
    cual la hiedra por el muro,
    se me aferra a la garganta,
    sintiendo algo que me espanta.
    Es así, te lo aseguro.


    ¿Que dices amiga mía?
    ¡Qué extraño misterio el nuestro!
    me parece tan siniestro
    ¿dónde se fue tu alegría?
    ¿Atisbo melancolía?
    ¿te contagié mis pesares?
    ¡Ven, dejemos estos lares,
    rompamos estas cadenas
    y despidamos las penas
    bailando por soleares!


    Te quise dar mi alegría
    y toda te la llevaste
    mira cómo me dejaste
    de maltrecha, amiga mía,
    sumida en esta agonía.
    Baila tú por soleares,
    déjame, llorando a mares,
    llevar sola mi aflicción,
    porque en esta conjunción
    me quedé con tus pesares.


    ¿Recuerdas amiga mía
    aquellas risas de infancia?
    ¡nada tenía importancia
    solo nuestra fantasía!
    ¡Convoquemos la alegría!

    ¡Pues hagamos un conjuro
    para salir de lo oscuro,
    para que nada nos dañe,
    la fuerza nos acompañe
    y sea feliz el futuro!

    No podía faltar aquí el poema a dos voces que compusimos Libélula y yo, por iniciativa suya. Me gustó escribir al alimón con ella.¿Y a quién no?
    Yo soy la azul y ella es la rosa.
    Aclaro, por si alguien lo dudase, que la foto está sacada de internet, que no somos nosotras.;)

    A ti, a Destinos, a titiritero y a 4 otros les gusta esto.
  5. [​IMG]


    Con voluntad, con ánimo y decoro

    me divierto escribiendo a trochemoche
    y haciendo de mis versos gran derroche,
    sin pensar, mis poemas elaboro.


    Siento que, aunque lo intento, no mejoro,
    escriba por el día o por la noche,
    viajando en autobús o yendo en coche,
    escribiendo veloz me desaforo.


    Ya sé que en los anales de la historia
    un lugar no me tienen reservado
    y ninguno de mí tendrá memoria,


    pero al margen del hecho reseñado
    la labor resultó satisfactoria:
    quise pasarlo bien y lo he logrado.


    ¡Asunto terminado!
    Disfruto de manera tan intensa
    que en la tarea está mi recompensa.



    A lesmo, libelula, Valen_Tina y 3 otros les gusta esto.
  6. A titiritero, libelula, lesmo y 1 persona más les gusta esto.
  7. [​IMG]

    Cuando al entrar en mi espacio
    encuentro a toda esta gente
    tan amable,
    me los leo bien despacio,
    disfrutando alegremente,
    ¡qué agradable!

    Y me apetece decirles
    que amigos los considero
    tan cercanos,
    que bien quisiera aplaudirles
    y explicarles que los quiero
    como hermanos.


    Pues me arropan y me miman
    y me dan satisfacciones
    y alegría
    porque sus voces me animan
    con muy buenas intenciones
    cada día.

    Así quiero agradecer
    a los que de buen talante
    me comentan,
    que me vengan a leer,
    pues para mí algo importante
    representan.



  8. [​IMG]


    Arrebolada de amores
    desde el balcón yo te miro
    la figura.
    Y mientras riego las flores,
    dejo caer un suspiro,
    con ternura.

    Si me miras con cariño,
    bajando un poco los ojos,
    yo presiento
    que el rubor con que me tiño
    te dice, con mis sonrojos,
    lo que siento.

    Aquí te estoy esperando
    pues por tu querer me muero
    y es mi anhelo
    que me vayas declarando
    si tu interés es sincero,
    ¡Ay, mi cielo!



    A Javier Alánzuri y jose luis muñoz les gusta esto.

  9. Elena vestía y desvestía a sus muñecas, ajena a todo lo que ocurría a su alrededor; inmersa en su mundo imaginario, su atención se veía totalmente acaparada por la difícil tarea de colocar diminutas ropitas sobre los inertes cuerpos de las que ella consideraba sus hijas y sobre las que tantos cuidados vertía con auténtico amor de madre.
    Le gustaba jugar allí en la galería, porque a través de las amplias cristaleras que la circundaban, entraba luz a raudales y a ella le parecía el sitio más alegre de la casa.
    Elena vivía en una gran casa, tan grande como antigua, que aunaba la belleza de sus espacios vetustos con la incomodidad de las austeras casas de antaño; en realidad eran tres pisos unidos por una ondulante escalera de mármol, pero en aquel tiempo sólo el suyo estaba habitado; el de abajo, vacío desde hacía décadas, se usaba como almacén de cajas apiladas y maniquíes en desuso, pertenecientes a una tienda de confección que abría sus puertas en los bajos de edificio, situado en pleno corazón de la ciudad; el de arriba, mitad azotea, mitad buhardilla, era un espacio mágico donde se podían hallar objetos de la más diversa índole.
    Al caer la noche, sin embargo, la galería cambiaba de aspecto… la luna proyectaba haces de luz sobre la prístina blancura de las losas, y en aquel húmedo y caluroso verano del sur, amparadas en la clandestinidad de las sombras, una negras figuras aparecían, deambulando a su antojo, deslizándose junto a la pared en silenciosa comitiva.
    Si la niña, en la mitad de la noche, decidía salir al baño o a la cocina, movida por alguna necesidad perentoria, la mera visión del lúgubre cortejo le hacía volver sobre sus pasos, presa de pánico a cobijarse bajo las sábanas olvidando su sed o cualquier cosa que no fuera ponerse a salvo y lejos del alcance de tan ingratos huéspedes.
    El asco y la angustia que la atenazaban al solo imaginar que una cucaracha podía acercarse a sus pies descalzos eran desorbitados, pero no podía hacer nada por remediarlo, era superior a sus fuerzas, su madre siempre se lo decía:
    - No hacen nada, son inofensivas. No tienes que tenerles miedo.
    -¡Pero son horribles! -protestó la pequeña.
    -¡No seas boba, que esas tonterías te las quito yo!¡Vaya si te las quito!...

    Aquella tarde, mientras jugaba, oyó la voz de su madre que la llamaba:
    - Elenita, ven, mira… tengo una cosa para ti.
    - ¿Para mí? –contestó levantándose aprisa- ¡Mi madre me va a dar un regalo!- pensó alborozada.
    Elena no estaba acostumbrada a excesivos mimos y mucho menos a regalos a destiempo, por eso no salía de su asombro mientras corría al encuentro de su madre, que bajaba de la azotea, trayendo en la mano un extraño paquete, improvisado con un papel marrón arrugado y cerrado, como un cartucho…
    - Toma, ábrelo tú, es para ti – le dijo su madre mientras se lo alargaba con una sonrisa enigmática pintada en el rostro .
    Elena lo cogió con manos trémulas, el envoltorio no parecía pr
    esagiar nada excesivamente atractivo, pero al fin y al cabo era un regalo para ella y estaba feliz.
    [​IMG]
    Comenzó a abrirlo con sumo cuidado y al momento algo inesperado asomó entre los pliegues del papel: eran dos largas antenas en movimiento seguidas de un repugnante caparazón negro que se aprestaba a salir buscando la libertad por el pequeño orificio que ella misma había destapado.
    Quedó paralizada por el horror y el asco, mientras el papel caía al suelo y dos gruesas y repulsivas cucarachas salían huyendo a toda velocidad.
    Cuando por fin pudo reaccionar, la pequeña salió despavo
    rida, en medio de un torrente de gritos histéricos y lágrimas desenfrenadas, no sabiendo dónde ocultarse de tantísima angustia…
    Los años pasaron, pero no así la desazón y el espanto de aquel momento, causa de terribles pesadillas de las que despertaba a media noche, una y otra vez, temblando de pánico mientras una legión de horribles insectos trepaban sobre su cuerpo cubriéndola de pies a cabeza…


    A Recently played, Emp, titiritero y 5 otros les gusta esto.
  10. [​IMG]


    Mientras asgo el pincel con mano firme,
    el papel esperando ya en la mesa,
    aletea en el aire la promesa
    de que el Gozo sus puertas piensa abrirme.

    El arco iris anida en mi paleta,
    la hoja tensada ofrece su blancura,
    culpable soy, ¡mancillo tanta albura..!
    ¿Lo haré bien? No lo sé, y eso me inquieta.

    Quiero pintar los ríos, los alcores…
    en un boceto trémulo que avanza,
    pongo mi corazón y mi esperanza
    en plasmar los reflejos y colores.

    Fluyendo estoy, la vida se detiene,
    somos uno, mi ser y la acuarela,
    la fe en lograrlo, briosa me mantiene,
    poco a poco el cuadro se revela…


    [​IMG]

  11. [​IMG] [​IMG]

    A Javier Alánzuri le gusta esto.
  12. [​IMG]
    A lesmo, Javier Alánzuri, Pessoa y 2 otros les gusta esto.
  13. Y Lesmo, que es así de poético, me lo concedió de esta lírica manera:


    El permiso

    ¿Me pides permiso a mí?
    Debo estar equivocado
    o no puse gran cuidado
    cuando el mensaje leí.
    Los versos que te escribí,
    te lo digo de verdad,
    no son de mi propiedad
    ya que te los regalé
    y yo solo me quedé
    disfrutando tu amistad.


    LESMO




    Estimado compañero
    que me brindas tu amistad
    y con generosidad
    dejas tu verso sincero,
    comentando con salero
    los poemas que yo escribo,
    de un modo tan atractivo
    que tanta gracia me hace,
    pues me divierte y me place...
    ¡Ahí va mi abrazo efusivo!

    Era


  14. Agradecida y emocionada... por haber tenido la amabilidad de colocar mi nombre en vuestras letras.



    [​IMG]

    [​IMG]


    A Luis Adolfo, lesmo y Javier Alánzuri les gusta esto.
  15. Con todo mi agradecimiento a los geniales poetas que me han hecho el inmenso honor de dedicarme estos acrósticos, sin haber hecho yo nada para merecerlos.
    Los guardaré como oro en paño.



    [​IMG]

    [​IMG]




    [​IMG][​IMG]



    [​IMG]

    A Gabriel Lupper, libelula, lesmo y 3 otros les gusta esto.