Mejor fue ignorar cierta moda del astracán, me regocijo desde ahora pues siento la calma, olvido la tempestad del amor y la tromba laboral tengo cierta preferencia pero no quiero beber, ni tampoco cantar, ni sentirme estregado. Sabias son tus estrellas y tu apresurado, que te alejas de la maraña, escucha: sustituyamos las causas, vayamos detrás de la caravana y soñemos. La multiplicidad de las situaciones es interminable, parece polifónica ( o algún pensamiento sistemático, exacto y deductivo). A la hora vital en la intensidad de la noche platinada, ella echó un vistazo taconeando ante la multitud, El : siguiéndola lo valuó como el sonido gravitante de la poblada avenida cegadora en sus iluminaciones. Un momento antes observó fascinado el suave lunar en la parte alta del brazo -predominando como un emblema-, ella bajó taconeando por las escaleras a buscar su regalo navideño. Había cavilado pues bien podía ser la ofrenda de un corazón mullido sobre plumas acolchadas y rojas y un ángel fractal, con un sublime estampado en la dedicatoria sellando el pacto de amor. Mientras recorría la atestada avenida y los locales, se dijo que tal obsequio sobrepasaría las limitaciones. Era emblemático y sellaba el pacto amoroso pues sobrepasaba las limitaciones y lo admitió atemporal ( bendecido por el universo). El lunar parece una flor pequeña, o tal vez un pequeño yuyo, insignificante, inocente, innombrable. solo reconocido por los mensajeros de la luz... ( Ambos fueron felices y gentiles después del brindis de la medianoche).
mejor fue ignorarlo, ahora me asiento en la calma y prefiero no beber, tampoco cantar, ni verme entregado Sabias son tus estrellas y tu que te alejas escucha: te sigo como al sonido gravitante Observo tu suave lunar en el brazo parece una flor pequeña tal vez un pequeño yuyo, insignificante. Sin nombre eres inocente, e innombrable. Solo conoces los mensajeros de la luz.
Los pasos por la planicie la sinuosidad de los mojones estrellando mariposas; insisto: Quien me dirá, el comienzo de la tribulación, el final del escarnio y de la apelación ensañada, la mísera bestia fustigadora, el desvarío del cocodrilo la placidez del sol ralentizado en las sombras de la figura púrpura - Y llega tu embriagues sanadora asistiendo los sueños, recogiendo desafíos del manto y del beso, incluso del olvido... ¿ Quién pronuncia con mentiras rumores ficticios?
Revoloteos. revoltosas y fiel a su alimento principal, la tribu indígena africana a diario trepa cuarenta metros hasta la cúspide para proveerse del alimento. Es la miel el alimento a toda hora, si no la logran padecen la escasez. Pierden sus familias y son vedados. Un indio de gran fiereza no logró el sustento de miel para su familia (Debía mantener cuatro esposas y la pequeña prole ya debilitada por la escasez), terminó execrado, burlado, difamado; martirizado y aislado. Decidido a vengarse: mato cincuenta ocho personajes de la tribu y después se ensañó con las mujeres y la prole, luego ejecutó su inmolación en la repulsiva fogata...
1- La agitación del oscilante mar desflora tus sucesivas miradas, aún con tus pies arenados, reviven escozores felices acunando en la oscuridad el inmenso globo lunar de tono satinado y cambiante, y acunando en las cabelleras prolijas del oleaje nuestros sueños. 2- Acurrucada en mis brazos: te vi yerta y lamí tu dolor, ¿Cuánto tiempo bailamos en derredor de las fogatas? Pero el pensamiento insensato se apagó de pronto, la siguiente noche no regresabas... 3- Construiste un ensamble, una extensión de la carpa. Desde temprano el aire tórrido frecuentó la arena... Tenías el ceño fruncido mientras bebías, Yo recordaba las noche en la callejas, las sardinas fritadas al ajo, el vino y ya tarde, los sucesivos clímax: la pequeña muerte.
Desde las tinieblas se desgarran velos y en el silencio fugaz alguien te persigue. Un aullido es la causa de tu estupor: es que sofoca los giros angustiosos es que deshace cadenas de tu mundo. En el amor la sed es esencial... Ya no quiero escuchar chasquidos del menoscabo, ni el ahogo platinado de la Luna. Entonces saltaré sobre los sueños inextinguibles... ¿Por qué aceptar el acoso de los sueños? La delicia de tus labios sobresale de un grito -que no perfila- y me apresa agrietando la compulsión. Pero si te vas es el amor quien hoy perfilará el odio.
En la incierta quietud de la noche, facetas invisibles cierran el ojo del mundo. Secretos velados por la ventisca y los numerosos fragmentos de la oscuridad. Y el alma se abisma, con cada latido tu voz resuena, es ahora cuando el universo conspira ahora es la invocación a las estrellas, ahora trazan senderos ocultos al amor prohibido.
Si quieres tú, dímelo... pues de mi emanan sueños reiterados, sueños y entresueños repetidos, fosas centinelas, prófugas y efímeras, ornamentadas con profusas ramas; minuciosos curiosean la exacta mitad de tu cuerpo: que fue abarcado por el destemple y por la convergencia inundada del osado diluvio. En el tronante cascabel la niebla explora nostalgias mustias, y se relaja en ahogadas gargantas...
Parece un día lento e incoloro, se supone un día mencionable, que persigue las sombras de la flor abierta, del gorrión travieso. De la flor herida con azufre. Un día insignificante, donde se desprende la piel del crepúsculo colorido, o se graba un retrato nunca visto en el espejo de afeites, o te doblas en el tiempo, en ese porvenir que llega a cada instante y se esconde detrás del telón, cercano al trapecio que se derrumbó cuando el ciego subió temerario y dio el espectáculo.
Cuando amas te ensañas en extraños arabescos. después atacas y alcanzas la altura ¿ Por qué quieres consumirte como un bonzo en el fuego? Ahora no prefieres la instancia de paz tu forma esquelética es semejante a la marioneta. Al besarme buscas protección, tu sino es parir mediante y con la pasión desbocada y expandirte en la música virginal: hasta conseguir agotar la danza... O derrumbarte en el interior del paisaje en las extrañas nubosidades verdosas tornasoladas, con esas fulguraciones de un ángel furioso, en el infierno caótico adimensional. Y al final te derrumbas y quedas plasmada. Eres ya la persecutora, prosigue y vete. Sumerges en la transparencia del agua de cristal y reiteras tu deseo de amar hurgando y aplastándome en la caverna. Has logrado atraparme en el centro de tu vigor. En tu pasión de ensueño platinado, encerrándome en el tejido adonde lloras.
1. En la asustada quietud de la noche, mientras los sueños entrelazan... invoco tus pensamientos y los secretos velados por el viento. Numerosos fragmentos iluminaron la noche, y en cada latido resuena un quejido, el alma abismada, la conspiración universal, la invocación, las estrellas como flores cegadoras, los caminos ocultos en los manglares, el secreto de un amor prohibido. El día que un día perdió su nombre, el objetivo perdió la carrera de las sombras: Una flor abierta fue herida con impiedad y en la guerra murieron muchos más. Aquel tiempo nada significa, en el crepúsculo se desprendió el mal, las pieles se deprendieron de los seres en el instante quedó grabada la peor maldad. Fíjate en el espejo sin afeites tal vez asciendas a la eternidad, te doblaste como doblabas el paso. Del tiempo el porvenir ya no existe. Detrás del telón, adentro del circo, y del trapecio que se derrumbó, fuiste el ciego que subió por la escala.
Gravita en la dispersa blancura de polvorientas letras, en esos dudosos roces de la soledad, y en ese abrumador plasma delicuescente de los instintos, en el sugestivo alud de nubes arrebatadas. ¿ Qué haría sin el hal0 predecesor de la luna rozada por las resonancias de tu voz en el enjambre de estados adversos y versátiles... Es esa instancia presentì nuestro amor insepulto. Y percibí las coronas sin falacias. Solo el ansia de la honrosa verdad. con el sostén de la sonrisa embriagadora. retornando al deseo de sumergir mi deseo en tu baño ritual, y en el más hondo- profundo- rubor místico. Fue entonces arrastrarme en el amor pasional que se torna lírico.
Ya no sé cual digito señala y restablece la confianza de este mundo. Alicaídas sombras proclaman la insulsa vaguedad y la alarma; sonoras pieles, y duras escamas nunca faltan para socavar la fe caída rama, entonces bebo: con el vino bailo, con el vino amo con el vino clamo...en el vano desierto me proclamo, el afán de verte cierto día iluminado...
Los chubascos migran intermitentes. Y pregunté por ti: ocurrió con las primeras flores; habías desaparecido con la nieve; fue como cerrar los ojos y no lograr el segundo de despedida Solo puedo expresar la sensación... solitaria. Busqué en una carta gastada y obtuve un lenguaje solitario, buscaba una carta que no hallaría nunca y cerré mis ojos y palpe mi cara en el olvido, hurgar el jarrón fue romper mis pestañas. Ahora mis ojos te imaginan sin verte, mi queja es la inútil espera en el reposo. Los cuartos lucen banderas caídas, ahora vuelve a doler el perdón y la ofensa: Lo dijiste: " no me veras, lleva flores " No te aferres a señales vacías. Necesito encontrarte en la caverna una lágrima surge de cada ojo de vidrio. Estabas exangüe, y me levanté, tu beso era fiero. Si... en el amor no hay olvido, hay soledad en las primeras flores al desaparecer la nieve.
Suenan rechinantes las bocas aplastadas por el cieno, y los tambores de los ídolos, en las retiradas doblegan la espesura y en el destemple el dolor desmadejan. Tritura la cizaña, La ciénaga despuebla los rencores, los aplasta en el desuso. Se pueblan de dudas en las marchas cansinas. Un pueblo es martirizado por las fieras voraces y sanguinarias, allí la vida se vuela al más allá y sus cuerpos se desmadejan... ¡Cuánto más?