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  1. Si quieres tú, dímelo...
    pues en mi emanan sueños reiterados,
    sueños entre sueños reiterados,
    fosas centinelas, prófugas y efímeras,
    ornamentadas de profusas ramas;
    curiosearon minuciosos la exacta
    mitad de tu cuerpo...
    Abarcado por el destemple
    por la convergencia inundada
    del osado diluvio.
    Y en el tronante cascabel que unido
    a la niebla explora, nostalgias mustias,
    en ahogadas gargantas...
  2. Parece un día lento e incoloro,
    se supone un día mencionable,
    que persigue las sombras de la
    flor abierta, del gorrión travieso.
    De la flor herida con azufre.
    Un día insignificante,
    donde se desprende la piel del
    crepúsculo colorido,
    o se graba un retrato nunca visto
    en el espejo de afeites,
    o te doblas en el tiempo,
    en ese porvenir que llega a cada
    instante y se esconde detrás del
    telón, cercano al trapecio que
    se derrumbó cuando el ciego
    subió temerario y dio el espectáculo.
  3. Cuando amas te ensañas en extraños
    arabescos.
    después atacas y alcanzas la altura
    ¿ Por qué quieres
    consumirte como un bonzo en el fuego?
    Ahora no prefieres la instancia de paz
    tu forma esquelética es semejante
    a la marioneta.
    Al besarme buscas protección,
    tu sino es parir mediante y con la
    pasión desbocada y expandirte en la
    música virginal: hasta conseguir
    agotar la danza...
    O derrumbarte en el interior del paisaje
    en las extrañas nubosidades verdosas
    tornasoladas,
    con esas fulguraciones de un ángel furioso,

    en el infierno caótico adimensional.
    Y al final te derrumbas y quedas plasmada.
    Eres ya la persecutora, prosigue y vete.
    Sumerges en la transparencia del agua
    de cristal y reiteras tu deseo de amar hurgando
    y aplastándome en la caverna.
    Has logrado atraparme en el centro de tu vigor.
    En tu pasión de ensueño platinado,
    encerrándome en el tejido adonde lloras.
  4. 1. En la asustada quietud de la noche,
    mientras los sueños entrelazan...
    invoco tus pensamientos
    y los secretos velados por el viento.
    Numerosos fragmentos iluminaron
    la noche,
    y en cada latido resuena un quejido,
    el alma abismada,
    la conspiración universal,
    la invocación,
    las estrellas como flores cegadoras,
    los caminos ocultos en los manglares,
    el secreto de un amor prohibido.

    El día que un día perdió su nombre,
    el objetivo perdió la carrera de las sombras:
    Una flor abierta fue herida con impiedad
    y en la guerra murieron muchos más.
    Aquel tiempo nada significa,
    en el crepúsculo se desprendió el mal,
    las pieles se deprendieron de los seres
    en el instante quedó grabada la peor
    maldad.
    Fíjate en el espejo sin afeites
    tal vez asciendas a la eternidad,
    te doblaste como doblabas el paso.
    Del tiempo el porvenir ya no existe.
    Detrás del telón, adentro del circo,
    y del trapecio que se derrumbó,
    fuiste el ciego que subió por la escala.
    A Carolina Varela Lopez y Extravagante les gusta esto.
  5. Gravita en la dispersa blancura de
    polvorientas letras, en esos dudosos
    roces de la soledad, y en ese abrumador
    plasma delicuescente de los instintos,
    en el sugestivo alud de nubes arrebatadas.
    ¿ Qué haría sin el hal0 predecesor de la
    luna rozada por las resonancias de tu voz
    en el enjambre de estados adversos y
    versátiles...
    Es esa instancia presentì nuestro amor
    insepulto.
    Y percibí las coronas sin falacias.
    Solo el ansia de la honrosa verdad.
    con el sostén de la sonrisa embriagadora.
    retornando al deseo de sumergir mi deseo en
    tu baño ritual,
    y en el más hondo- profundo- rubor místico.
    Fue entonces arrastrarme en el amor
    pasional que se torna lírico.
  6. Ya no sé cual digito señala
    y restablece la confianza
    de este mundo.
    Alicaídas sombras proclaman
    la insulsa vaguedad y la alarma;
    sonoras pieles, y duras escamas
    nunca faltan para socavar la fe
    caída rama, entonces bebo:
    con el vino bailo, con el vino amo
    con el vino clamo...en el vano
    desierto me proclamo, el afán
    de verte cierto día iluminado...
    A Carolina Varela Lopez le gusta esto.
  7. Los chubascos migran intermitentes.
    Y pregunté por ti: ocurrió con las
    primeras flores; habías desaparecido
    con la nieve; fue como cerrar los ojos
    y no lograr el segundo de despedida
    Solo puedo expresar la sensación...
    solitaria. Busqué en una carta gastada
    y obtuve un lenguaje solitario,
    buscaba una carta que no hallaría nunca
    y cerré mis ojos y palpe mi cara en el olvido,
    hurgar el jarrón fue romper mis pestañas.
    Ahora mis ojos te imaginan sin verte,
    mi queja es la inútil espera en el reposo.
    Los cuartos lucen banderas caídas,
    ahora vuelve a doler el perdón y la ofensa:
    Lo dijiste: " no me veras, lleva flores "
    No te aferres a señales vacías.
    Necesito encontrarte en la caverna
    una lágrima surge de cada ojo de vidrio.
    Estabas exangüe, y me levanté, tu beso era fiero.
    Si... en el amor no hay olvido,
    hay soledad en las primeras flores
    al desaparecer la nieve.
    A Carolina Varela Lopez le gusta esto.
  8. Suenan rechinantes las bocas
    aplastadas por el cieno,
    y los tambores de los ídolos,
    en las retiradas doblegan la
    espesura
    y en el destemple el dolor
    desmadejan.
    Tritura la cizaña,
    La ciénaga despuebla los rencores,
    los aplasta en el desuso.
    Se pueblan de dudas en las marchas
    cansinas.
    Un pueblo es martirizado
    por las fieras voraces y sanguinarias,
    allí la vida se vuela al más allá
    y sus cuerpos se desmadejan...
    ¡Cuánto más?
  9. Quisiera pedirte me digas si merezco
    tu tiempo: si esperas aún en el centro,
    en este o en el otro plano
    (¿ Adonde reside el creador?)
    Ya ves: su brillo cegador es
    centuplicado, entonces preciso saber
    si aún estás contigo mismo...
    y si me miras recelando
    o si tu me ves y yo no te distingo
    o tal vez tampoco estás...
    Por favor debes decirlo,
    no dejes mi rezar solitario, madre...
    no dejes que de nuevo trepe por el
    camino adonde cantan los Dioses...
    A Carolina Varela Lopez le gusta esto.
  10. Y con tus ojos envueltos,
    fue un brebaje claro de horrores.
    Abismado en láminas doradas,
    escondido detrás de los árboles
    moteados de la antigua plaza;
    la noche fue irremediable...
    Podías escapar dando un salto,
    burlar el cerco arbolado:
    incorporarte con otro salto,
    sobre el pedestal de la Diosa de hielo,
    tan refulgente que ciega una
    efímera festividad...
    Y ahora que no hallas los ansiados
    lugares de algunas callejas;
    si mueres suponte me reclamas
    presente en el postrer momento.
    Una incógnita, un enigma,
    el momento del raro momento fetal
    y dibujos amaestrados durante los
    ciempiés de mil caminos
    que ríen embriagados y con destellos
    parecen ensuciar el destino...
    A Carolina Varela Lopez le gusta esto.
  11. ¿ Juegas con el espejo ?
    no abraces tu cintura, que te
    haces esclava de la auto adoración
    ridícula...
    No exhibas la falacia de la seguridad,
    para qué otorgar la soledad que esparces,
    con el interior de tus venas conturbadas por
    violentos estertores, si trocas pulsantes
    estigmas.
    Inútilmente manoseas el pasado
    la rutina del lecho se deshizo,
    ¿Lo olvidaste? Ya interminables
    las penas son constantes; cada expresión,
    de tu voz atestigua el helado estertor,
    otra expresión amorosa es excusa
    absurda... Pero cúlpame si te complace:
    me evadiré en la grieta de la emoción
    rondando enteramente por el
    pavor ya por completo afiebrado...
  12. Ya se tejieron constelaciones,
    y nuestros corazones dispersaron
    violetas en el aire,
    el firmamento susurra secretos
    ancestrales
    y crea en tu viaje de luces y de sombras
    los besos dulces del universo.
    sabes que todo es eterno,
    tus pensamientos vuelan con alas de mariposas,
    no pueden dejarme huérfano
    cada latido genera la melodía celestial,
    alguna vez llegaremos al umbral de lo
    infinito, allí la eternidad se despliega
    en un abrazo,
    allí en el silencio del sendero hallas la
    paz que siempre has buscado.
  13. En tales noches de almas,
    en tales horas con cuerpos,
    arqueabas extremada en la
    penumbra y al hacer suspirabas,
    suspiros de amor que te llenaban,
    aunque entornabas tu mirada con
    el matiz explicable del pudor
    y yo caía sumido de tanto amarte,
    ascendiendo al cielo desde lo abismal.
    Guardar memoria de tus manos fue
    una de esas partes y tu cabello humedecido
    reconociendo las ansiedades,
    fueron un espacio imprevisible: clandestino
    un dibujo detallado por fracciones de tiempos
    y por mis audacias que fecundaron...
    Ámame cada vez porque cada vez será irrepetible,
    el silencio será la herencia,
    que guardará el bello recuerdo de espíritus
    aunados...
  14. ¿Por qué rondan en mi cabeza las fogosas
    noches del verano?
    ¿ Por qué coaccionan y cabalgan sobre el
    lomo de las olas?
    Entonces volví a verte con tus lágrimas
    atrapadas en las manos yertas,
    con el alma cegada,
    y tu mermada certeza
    y en el interior cautivo caí apresado
    por la duda pueril
    en las ausencias,
    en las esperas tenaces, la persecución
    frustrada y cedí la esperanza a las esferas
    nocturnas.
    Pero negué valor a la soledad que encadena,
    ese estigma de la soledad, y el dolor
    que es el zumbido de las abejas
    o asimila la estampida de los caballos,
    que es como la mudez caníbal
    o como el celo de las lágrimas,
    en las profundidades asfixiantes
    del desfogue
    y del furor virginal del Lucero...
  15. Crisálida descartó su envoltura y rauda
    y movida desplegó el ir y venir de sus
    coloridas alas como una reina del aire.
    La vida de una mariposa es intensa y
    eco soñante, está entonces por encima
    del susi- rri- bardo, entretanto las avispas
    merodean pues no libarán las pulpas
    hondamente.
    En el instante saliente, magnífico e incorrupto
    en el retorno de la éter luz, luce la piedra velando
    lo temporal:
    el retorno fue promesa, las hojas del calendario
    cumplirán la gran profecía de las hojas secas.
    Desde el ser parte la nada, el precipicio resurrecto
    los huesos se reparten en el impávido ciclo
    de la existencia y nos evaporaremos con la
    timidez sombría y yaciente.
    A AnonimamenteYo le gusta esto.