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Perfiles Psicológicos (Inicia el Éxodo hacia la tierra prometida)

Publicado por Robsalz en el blog El blog de Robsalz. Vistas: 39

El año nuevo marca el fin de un ciclo y el inicio de otro con la esperanza de que el nuevo ciclo sea mejor que el anterior. En el caso nuestro, marca el fin del calendario gregoriano que es el que se utiliza actualmente, promovido por el Papa Gregorio XIII en el año 1582 d.C, sustituyó al calendario juliano que estaba en vigencia hasta entonces y que había sido instaurado por el grandioso Julio César en el año 46 a.C.

El año nuevo es un altar a tradiciones y creencias de la gente, tales como brindis, fuegos artificiales, hacer una cuenta regresiva, comer doce uvas, una por cada mes, en Dinamarca se acostumbra a romper platos, en América Latina se usa ropa interior de diferente color según el país, como si para los mejores momentos se ocupara ropa interior.

En Asia Central y otras regiones se celebra el Nouruz, en Rusia se escriben deseos, se quema el papel y se echan sus restos en champagne. En todas partes eso sí, la gente llora, se abraza, recuerda cosas, personas que partieron, otras que nos hirieron, están los que llegaron para sumar a nuestras vidas, aunque nosotros restemos en las suyas, gente a quien amamos y otros a quienes ojalá, Dios los aleje de nuestros pasos a distancias inconcebibles.

Este es mi primer borrador del dos mil veinticinco y el lápiz ya pesa demasiado, siento que hay cosas que van concluyendo, aunque espero con ansias las estupideces que puedan hacer mis chicos, digo, las experiencias que puedan tener en sus vidas, los consejos que brinda Isabel, las frases épicas de Amalia, los amores de colchón de Sandra, ver si Vinicio recordó su odio al alcohol durante las fiestas, si Nicolás siguió con sus amores incógnitos futbolísticos (me lo contó una pajarita antes de fin de año), si Paolo aguantará el ajetreo de actividades… en fin.

El año nuevo vio mi isla de escritorios con sus habitantes habituales, Isabel y Evangeline. Las tres reímos recordando la separación que sufrió el grupo de Vinicio en los últimos días de diciembre, cuando lo enviaron a otro sector de la oficina, dice Vinicio que descubrió que él era la mente trabajadora, por eso lo separaron aquel día, para que él pudiera trabajar en paz sin Sandra ni Nicolás. Ninguno de ellos dos llegó ese dos de enero a trabajar, estaban en sus casas, trabajando cómodamente, lo mismo hicieron Mateo, Paolo, Enrique, Amalia y otros, aunque debo confesar que hubo más aforo que la semana anterior que éramos apenas cuatro gatos.

Isabel le ofreció un teclado a Vinicio, lo había guardado por si alguien se lo pedía, pero eso no había pasado aún. Entonces Vinicio lo miró y le dijo que no iba a tomarlo porque aquello debía estar muy manoseado ya.

- ¿Usted ocupa ser el primero en manosear? – le consulté desde mi escritorio.

- No tanto así, pero tampoco coger las cosas tan manoseadas.

- Dice Vinicio que con ser el tercero en manosear está bien – aclaró Isabel.

- Nunca hay quinto malo – añadió Evangeline y Vinicio nos miró como si dijéramos cosas solamente por decirlas.

A mí ya no me quedaba duda, quise ocultarlo o no creerlo por mucho tiempo, pero ese día me di cuenta de que a pesar de mis maneras de ser con él, del cariño con que lo trataba, a pesar de que le demostraba que era de mis personas favoritas en la oficina, yo no era del agrado de Vinicio, eso me desmotivó, pasé el resto del día sintiéndome una basura, apenas algo más que un trozo de polvo en medio del espacio, si yo no había logrado ser del agrado de Vinicio, no tenía mayores aspiraciones en mi vida laboral, testigos fueron de ello Isabel, Catalina, Donato y Evangeline. Terminó acusándonos a Isabel, Evangeline y a mí de disfrutar hacerlo sentir mal, cuando nuestra única intención ha sido hacerlo sentir especial y eso no lo hacemos con muchas personas, hablo por las tres, porque nosotras podríamos ser las tres Marías de la Biblia, eso sí, no he pensado a cuál darle el papel de la Magdalena, yo sería la virgen, de eso no hay duda.

- Está ligando – pero no, Donato se equivocaba, yo simplemente trataba de acomodar ideas en mi cabeza con el teléfono a la mano, aunque sí vi las señas que Vinicio me hacía, pero solo reaccioné cuando vi a Donato de pie a mi derecha.

Hay que ver lo que hace la soledad, Vinicio se sentó a almorzar con nosotras, a falta de amigos del pecado buscó a la gente cercana a Dios. Entonces comenzamos una charla sobre personas que ya no están en la oficina, a algunas las recuerdo, a otras no tanto. Alfonso me dejó anonadada cuando me dijo que iba a hacer una historia sobre mí, sobre personajes perdidos y el resto que estaban a la mesa secundaron tal atrocidad. Todo se dio porque Evangeline y Vinicio contaron que yo había tenido la oportunidad de ligar en la oficina y arroparme a los brazos de uno de los muchachos, pero que yo no quise hacerlo, ¡Dios, un acostón de gratis!, lo que es no tener ojos para mirar el pecado.

Tadeo llegó con cara de funeral a la sala de juegos.

- Ni me hablen, hoy no estoy para eso – y se sentó mirando hacia la ventana con cara de pocos amigos.

Si así lo recibió el año nuevo, no imagino como estará para cuando llegue junio. No quiso jugar, dijo que no estaba para esas cosas y aclaró que no era por amor, que eso no le interesaba, sabrá Dios cuántas mujeres andan despechadas sufriendo por él.

La verdad, a estas alturas de la noche mientras trato de escribir lo que recuerdo, empieza a ganarme le pesadumbre por el día. No soy persona aficionada a mirar los noticieros ni a comprar periódicos, nunca he visto la necesidad de esas cosas, pero a la salida me detuve a comprar chicles y de reojo vi la primera plana de uno de los diarios nacionales y lo compré “Aumenta número de personas desaparecidas”, aquí estoy, en el corredor de mi casa mirando las noticias amarillistas que invaden este país, como si la gente necesitara de eso. Alcanzo a escuchar dos patrullas que pasan frente a mí, van a toda velocidad, me acerco a los portones y las veo doblar hacia el Oeste. Imagino que irán por algún ladrón de poca monta, porque esas cosas de los diarios no suceden por estos lares, y si suceden ruego a Dios no llegar a enterarme.

Mi tiempo empieza a esfumarse, pocas páginas quedan ya por llenar, seamos realistas, las cosas en este mundo no son eternas.
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