Tu espalda

Reconocí que te ibas
pues te has ido muchas veces.
Conocería tu espalda
en cualquier multitud, ¡con creces!
Tu silencio es tan constante
que si hablas… no lo creo.
Tu presencia es tan distante
que si estás ya no te veo.
Si casualmente me vuelvo
en la cama para verte,
es tu espalda… ¡vaya suerte!
Ya no sé por fin si vienes
pues cuando la cara me das,
me parece que te alejas
pues caminas para atrás.


Escribí este poema
entre los temas de amor
pues solo el amor aguanta
lo que te aguantado a vos.

 

Triste poema, poetisa
un abrazo,
Rosario

 

¡Jolines!, poco más afiladas las palabras y cortarían el aire.

Gracias Anave por compartir tu versar.

 

La verdad, Rosario, no es tan triste pues disfruté mucho escribiéndolo y al final me paré riendo.

 

Eso es exactamente lo que quería. Tal vez corten algo más que el aire...
Gracias por leerme.

 

Me alegro de lo que medices.
un abrazo,
Rosario

 

Ana, muy bello, lleno de melancólicas palabras nacidas por el desamor. Dios te guarde y te muestre el camino al amor pleno y sin condiciones. Gusto leerte y desde luego, gracias por compartir tus sentimientos convertidos en palabras.

 

Gracias por leerme, Rafael, un abrazo:::hug:::

 

Me encantó tu poema y ese aire de ironía. Seguro se lo merece (el de la espalda).

Abrazos!

 

Gracias por tu comentario. Un abrazo desde Guate:::hug:::

 

Conozco muy bien el idioma de las espaldas... me encanto tu poema y yo tambien al terminar de leerlo me rei. Me imagino que has de haber disfrutado horrores escribiendolo. ISABEL