¿Qué me dio el silencio de tus huesos...

¿Qué me dio el silencio de tus huesos,
agorero fantasma de sucesos?
¿Dónde vislumbro, yo, esa mirada
que traduce expresiones minusválidas?

Discapacitada estoy,
también herida,
dispersa mi atención
y cobardía.
Ausente el lagrimal,
recia la estaca,
en un cuerpo llagado de osadías
que convive ardiente, en esta pira,
con el último intento de añoranza.

¿Ríe el verdugo de mi tiempo
o en su mueca padece mi tormento?
Mataré al réquiem de la despedida.
Velaré el suplicio de lo ingrato.
Cremaré la ausencia y la mentira.
Renaceré, austera de emociones,
sin privilegio alguno de tus labios,
escondida en el miedo y el ocaso.

 

Siempre hay tiempo de renacer, siempre hay un futuro capaz de vencer al pasado, siempre hay una puerta que aún no hemos abierto.
Hermoso poema, dolito, sentido desde el fondo del alma, allí donde siempre queda una rincón por donde sigue la vida.
Saludos.

 

Muy bonito tu poema. te mando estrellas y un saludo

 

Preciosa tu obra, un placer leerte, qué lástima que no viniste, me hubiera encantado conocerte...mis cariños.

 

Un poema que transmite por medio de sus bellos trazos una tristeza profunda desde el último rincón de vida, donde a pesar del miedo la puerta queda abierta al siguiente paso. Siempre un gustazo llegar a tus exquisitos versos. Mis abrazos sinceros y estrellas merecidas.

 

Gracias Tavoam, si es muy sentido.
Besos

 

Es una delicia leerte Vevero, me contagias esa tristeza. Mil estrellas. Abrazos.

 

me gustó mucho su poema señorita, es fuerte su melancolía, pero bello

salu2

 

es muy bello tu poema mi querida amiga,

un abrazo fuerte

 

Gracias, un gusto que te haya gustado
Saludos

 

Ay!!! Ludmila no sabes cómo lo lamento yo, pero seguramente no va a faltar oportunidad
Besos y gracias

 

quizá moriste a causa de ese silencio y hoy revives en tan formidables letras
es un gusto el poder volver a leerte
excelente poema
saludos sinceros
besos y abrazos

 

Gracias por tu visita y abrazos
besos para vos

 

Intensidad de sensaciones tremendamente frías y oscuras... así vivo tu poesía. Besos y abrazos.

 

La espera ha valido la pena, mi querida amiga. Yo te reconecería entre miles, tu verbo de matices trágicos es inigualable, se hace soñar en heridas escocidas a fuerza de llanto y ceniza.
Te llevo en el corazón, bella poeta, ojalá lo sepas.

 

No es la Intención Diana, contagiar la tristeza, solo es un medio de expresión, pero gracias por hacerme sentir que lo que escribo llega.
besos

 

Gracias Señor Gayo por su visita,
saluditos

 

Otro para vos Francisco, besos