Cuando la felicidad se impuso

Usé la aguja dentro y fuera
y formó un vestido elegante.
Escuché que me lea
y odiaba el tic-tac del reloj.
Para el tiempo con que era dulce, pero pequeña
y no podía durar.
Su mano sobre la mía era todo lo que tenía
y entonces la suerte estaba echada.
Seguí el punto de cruz detrás de ti.
Recitaba sus palabras, mientras caminaba por el páramo,
el único consuelo que he podido encontrar
para llenar mi mente como lo hacía antes.

​

 

Bello trabajo, inteligente, hermoso, muy bonito.

 

a veces creo que en este mundo es dichoso el que la tiene y no necesita más de ella, saludos

 

Así suele pasar, ​

las cosas monótonas​

suelen ser un caso letal...​

saludos y besos rosas​

 

Conmovedor. Mis saludos