Cuando estoy sola

Hoy me quise cortar las muñecas,
quería sentir dolor
ya que es lo único real.
Pensé en esos viejos conocidos,
que ya ni me atrevo a saludar.
En esos falsos viejos amigos,
que te cambiaron por un par de botellas
y unas noches de diversión.
Estuve mirando el horizonte,
esperando una señal para seguir…
Pero nada,
nuevamente… nada.
Me pregunte si el vendría hoy a casa,
me pregunte si hoy jugaría conmigo
o si simplemente me llamaría
para siquiera hacerme sonreír.
Pero no lo hiso.
Y comencé a sentir temor,
temor a ser adicta al dolor.
Porque en realidad amo llorar,
me encanta sufrir.
Hoy sentí un olor conocido,
un perfume de hombre.
Me hiso sonreír.
Lo sentí impregnarse en mi ropa
y de mi nariz no quería desaparecer.
Me regreso a mi niñez.
No, mentira.
Jamás fui una niña,
a mí me contaron las cosas demasiado pronto.
Me convirtieron en algo,
que no era nada en realidad.
Alguien acaba de interrumpir mi soledad,
me desconcentro
y las palabras ya no salen con claridad.
Hasta aquí llegue.
¿Este es mi final?
Eso creo, adiós.​

 

Wuoo muy buenas sus letras.

Yo amo el dolor, ya me acostumbre a el, extraño la fragancia de ella que solía impregnarse en mi piel"
Ese exquisito sentir cuando atraviesan tu cuerpo con palabras pulso cortantes, que provocan el salir de oro rojo y brillante.

Aunque me dejo muchas intrigas en mi cabeza, muy interesante.
Hay pequeñas faltas de ortografía, pero no le quitan lo triste al escrito.

Un gusto leerle.

 

Me he quedado atónito confundido, entre tus lineas encuentro el dolor y también la magia de la creación, tantas palabras que llenan de admiración, ha sido un gusto pasar por tus lineas y sentir entre las palabras tu dolor, un abrazo y cuando creas que no queda nada, siempre hay alguien esperando por ti.