Mi Tormenta-Tormento (Romancillo)

Se fue la tormenta,
se fue el aguacero.
Se fue el huracán,
adiós a los truenos.
Se fue la amenaza
pasó el fuerte viento.
Ya se fue la lluvia,
sale el sol de nuevo.

La dura tormenta
me dejó sin techo,
arrasó con todo
desde los cimientos.
Camino entre ruinas,
esquivo los cuerpos
de dos que sin culpas
ayer perecieron.

Se fue la tormenta,
que se marche lejos;
tormenta del alma,
tormenta de afectos.
Ciclón ponzoñoso,
dolor y veneno.
Mortal asesina
de los días buenos.

Pasó la tormenta
pero yo estoy lerdo
sin saber qué hacer
con mis sentimientos.
Agua que lastima,
tormenta-tormento.
Pena desatada
que se lleva dentro.

Que nunca regrese,
que se aleje quiero
(no quiero de veras
pero querer debo).
Me queda tan solo
remendar los restos
y esos menesteres
duelen y son lentos.

¡Se fue mi tormenta
tormenta-tormento!


Agosto y tormenta - 2014. César Guevara.

 

Es un hermoso romancillo.
Me gusto mucho leerlo.
Te felicito. Saludos cordiales.
Te dejo Reputación.

 

Le mando un beso, y espero no me lo tome a mal, Lourdes C, pues se lo mando con muchísimo respeto... por ser la primera que comenta este romancillo que me ha nacido del alma en la madrugada de este día. GRACIAS.

 

Uff, amigo!!
La tormenta generalmente destroza lo que encuentra a sus pasos!! y ni hablar si de sentimientos se trata, pero bueno, no nos queda de otra, que; "remendar los restos y esos menesteres duelen y son lentos"... una vez más es un placer acompañarte con mi lectura y comentario a tus magistrales versos. Te dejo un abrazo y te deseo un Feliz Domingo!!!

 

Cesar, lindos y melancolicos versos nos regalas. Un gusto pasar! Te dejo estrellas y mis saludos!

 

Preocupado amor, bellos versos preciosos, valiosa página.

 

Vaya mi hermano, qué manera de versar carajo!!! Es una obra MARAVILLOSA mi viejo!!! La he disfrutado de principio a fin!!! Qué poeta sos che, la rompiste cámara, te luciste che!!! Un verdadero placer leerte mi viejo querido!!! Abrazos hermano!!!

 

Menesteres difíciles, dolorosos, lentos y que para nada nos provoca emprender. Son como mutilaciones... nadie quiere enterrar su propio brazo, su pierna o su corazón y luego seguir adelante. Felizmente, cuando le da la maldita gana algún día, el desamor se va y la esperanza se regenera. Saludos, Mar_Con alma de Lobezna, gracias por venir.

 

Serán bien invertidas esas estrellas... gracias. Me alegra que le haya agradado el poema. Saludo y abrazo desde acá.

 

Muchas gracias por acercarse a mis humildes letras, compañero. Saludo. Qué bueno que le agradaron.

 

No sé. Por algún motivo nos imagino a la Mar (la Mondonga como tú le dices) a ti y a mí, en algún local de la Argentina o de Venezuela, o de Bolivia, Colombia... qué se yo, reunidos, tomándonos unas cervezas o vinos, pinchando algunos quesos, panes... y escribiendo-recitando versos, Cámara Che. Ojalá tuviera yo aquí con quién hacer esas cosas. Un abrazo fuerte desde aquí, carajo, y gracias por venir.

 

Amigo César, buen romancillo, y creo que esa clases de tormenta son las peores, ya que no dejan al alna respirar tranquilamente. Un abrazo...y qué dañinas son

 

Lo devastan todo. Sí, qué dañinas son. Uno tiene la tentación del desánimo absoluto ante la vista de los destrozos. Por eso es mejor no ver mucho y más bien ponerse a remendar, recomponer, avanzar. ¿Se pueden evitar esas tormentas?