Te concedo el deseo

Te concedo el deseo

Te concedo el deseo de una vez sólo mirarme
con cintas esposadas y bufanda en el rodeo
de tan fino cuello que por incendiar yo muero
al ardor de aliento, cual no para de matarme.


Como garra de hierro que tan solo quiere ahogarte.
Te besaré fugaz para quemar tu cuerpo entero.
No antes de permitirte libremente aquel deseo
que yo haré en reflejo nuevamente de besarte.


Será un cruce de miradas breves y constantes.
Cuando sólo consentí una mirada depravada.
Romperé la regla, para ser de nuevo amantes.

Entre el sano vicio de mero sexo con miradas,
te haré sentir el calor que no sentiste antes
de sentarte prisionera para ser mi eterna esclava.

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Intensos, apasionados, irreverentes tus versos amigo...
Grato leerte...te abrazo con todo mi cariño...

 

Intensos y emotivos, sexys versos amigo. Un gusto leerte y comentarte. Besos.

 

Grato siempre tu paso, Darkness. Me enorgullece que ye guste. Un abrazo

 

Un gusto es para mí que pases, María. Te abrazo con cariño, poetisa.

 

Uy, qué bueno, maravilloso poema. Felicidades.

 

Agradezco enormemente tu paso Aisha y el dejar tu huella, un abrazo muy fuerte

 

Hermoso soneto , sensualmente deslizados por los trazos de tú puma

Saludos y un caluroso abrazo

 

Gracias Alfredo Grajales, muy amable y generoso amigo valioso.

 

Un fuerte abrazo para tí, Alfredo. Son de agradecer tus tan bellas palabras