El mundo que dejaste no es el mismo

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A la memoria de Eduardo

Si tú supieras como cambió todo
el mundo que dejaste no es el mismo,
nadie sabe si, acaso de algún modo,

estamos condenados al mutismo.
De pronto nos volvimos silenciosos,
con este irrespirable conformismo,

salimos a la calle temerosos.
Dejamos de abrazarnos, de jugar,
los nietos nos parecen peligrosos.

Hubo que reinventarse para amar,
el arte es un refugio solitario
que nos da libertad para volar.

Al rescatar tu esencia en este día,
entre almas que guiaron nuestros pasos,
he vuelto a recorrer tu poesía
y a sentir como míos tus ocasos.


Pido disculpas, no quiero participar en concursos.​

 

Hola, Danie, primero hice un par de romances para Eduardo, pero nada me parecía tan cercano como una carta a ninguna parte, pero que me acercaba a él, que le contaba que mundo tenemos ahora. Me sentí mas cómoda desde ahí. Quería dejar mi recuerdo, pero fuera de concurso. Él lo agradecería igual.
Gracias por estar aquí, Danie.
Isabel

 

Bellos tercetos encadenados por una buena causa y en memoria de nuestro recordado Eduardo. Un saludo. Luis

 

Ay, querida Grace, gracias por tus formas, por tu exquisita presencia en mis poemas, por la relevancia que das a la lectura, e incluso a la imagen. Gracias de veras.
Un abrazo enorme.
Isabel

 

Así es, querido Sergio, ni en las peores pesadillas.
Si, el maestro dejó honda huella en mi y en muchos, me hizo sentir valiosa, y eso es impagable.
Un abrazo, Sergio.
Isabel

 

Gracias Daniel, me alegra tu paso y tu generosa opinión.
Una melancolía apacible, serena, como lo era él.
Gracias por leer y participar de este sentimiento.
Saludos.
Isabel.

 

Hola, querido Jorge, gracias por tu atenta lectura.
Llevas mucha razón, escribí décimas de ese tipo, pero sentí que me alejaban del Eduardo amigo. Sabemos que tenia habilidades artísticas, que pintaba, que esculpía la madera y la barnizaba, y que era poeta amante del paisaje, de la naturaleza, y el juego de palabras, me apetecía volver a sus versos, pero también quería recuperar al amigo y hablarle de esas cosas que nos pasan, de la vida que tenemos ahora, y contemplar desde ese lugar sus ocasos como míos, en esos cuatro versos que lo contienen como final de un paseo con Eduardo.
Gracias por esa mirada que comprende.
Un abrazo.
Isabel

 

Hola Luis, parece una tarea fácil, pero no lo es, todo nos parece banal, cuando escribimos a la memoria de alguien que admiramos y apreciamos, y entonces comprendemos que solo desde ese lugar intimo, nostálgico, podemos decir algo.
Un saludo
Isabel

 

Gracias, compañera, por acercarte y unirte a este recuerdo de Eduardo .
Un abrazo.
Isabel

 

Hola Carlos, gracias por acercarte a leer.
Dicen que existimos mientras haya alguien que nos recuerde. Pues aquí estamos para dejar testimonio de que su huella permanece.
Saludos.
Isabel

 

Estimado Miguel, ciertamente la imagen de Eduardo se agranda en su ausencia y los que tuvimos la suerte de tratarlo sentimos que forma parte esencial de este Mundo Poesía, como ya dije a otro compañero, mientras alguien nos recuerde, permanecemos. Recordarlo como ese amigo que un día se fue de viaje, y al que escribes para contarle los cambios del mundo que vivimos, es la única forma que he encontrado para dejarle mi homenaje, fuera del habitual.
Gracias por estar aquí.
Un abrazo grande, Miguel.
Isabel

 

Así es, Elba. Lo primero que hago al despertar es leer, o ver en el telediario, las noticias de mi país y de fuera de él. El día que no lo hago, alguien me llama y me dice ¿sabes lo que ha pasado? y tiemblo...porque todos los días pasa algo y a veces ese algo, nos puede cambiar la vida para siempre.
Le di muchas vueltas a dejar un poema a Eduardo, hice unas cuantas décimas hablando de todo lo que hacía bien, de sus búsquedas en el arte, pero mis décimas me parecieron artificiales, pobres, y entonces acudí a lo intimo: una carta para Eduardo.
Gracias, Elba.
Un abrazo.
Isabel

 

Querida Camy, tu comentario me produce siempre esa confort que da el encuentro con una amiga en un lugar común donde se respira aire puro, esa comodidad de tener enfrente a alguien de confianza. Gracias por eso, que lo hace todo más entrañable.
Un abrazo, grande, compañera.
Isabel

 

Ay, mi entrañable ranita, siempre escoges lo especial. Me me encanta que vengas a este charco, pero no bajaré la guardia, ya sé que formo parte de tu dieta y el hambre no respeta a los amigos.
Un abrazo, Sergio.
Isabel

 

Hola, compañera, es una alegría siempre tu visita a sabiendas de que guardas lo cálido en la palabra, lo tierno.
Si, te hubiera encantado Eduardo, Anamer, estoy segura.
Gracias por tu cercanía.
Un abrazo grande.
Isabel

 

Hola !! Bienvenido al portal, gracias por acercarte hasta este homenaje a nuestro querido Eduardo, y por tu generoso comentario.
Recibe un cordial saludo, poeta.
Isabel