El niño Jesús si existe, mamá.

Dos niños jugaban en la callejuela de su pueblo, en la víspera de la navidad.
—¿Qué le pediste tú al Niño Jesús? —preguntó Félix, un carajito de escasos 8 años.

El otro muchacho, mas grandecito, ya cumplidos los doce, se le acercó cautelosamente, y miró en derredor por si acaso había algún adulto. Luego desde muy cerca, le confió:

—No seas tonto. el niño Jesús no existe. Te lo digo yo, que ya se cosas, son nuestros padres....

En ese instante, la mamá de Félix salió a la puerta, y al ver la expresión de tristeza en su rostro, le preguntó.

—¿Hijo, qué te pasa?

el pequeño felix no respondio a su madre, solo se le quedo mirando a los ojos del otro muchacho, y luego le dijo:

—Tú eres un mentiroso, no te creo.

Félix frunció el entrecejo y estiró el labio inferior, mientras el superior se apretaba a sus pequeños dientes; estaba a punto de hacer puchero. Las lagrimas se asomaron a sus ojos. Francisco como se llamaba el otro chico, contento con su diablura, notó la tristeza del pequeño y se regocijó de su travesura:

—Ya sabes—le dijo un poco asustadizo—. No se lo digas a nadie, y en seguida salió corriendo a su casa.

Al día siguiente, cuando el pequeño sintió la luz del amanecer sobre sus parpados, de inmediato abrió los ojos y saltó de la cama. Como un celaje buscó por todo el cuarto sin encontrar el ansiado regalo que le había pedido al Niño Jesús. Al no encontrar nada, salió corriendo hasta la cocina donde sabia que siempre encontraría a su mamá preparando el desayuno.

—¡Mamá! No me trajo mi regalo, el Niño Jesús no me trajo nada —le dijo entristecido, con las lagrimas rodando a cantaros por sus mejillas.
—¿Pero ya buscaste bien?
—No encontré nada, no encontré nada —dijo con una tristeza que le arrugó el corazón a su madre.

En su cabecita se le repetía sin cesar la frase de su amigo: “El Niño Jesús no existe, el Niño Jesús no existe”.

—¿Pero buscaste bien? a lo mejor andaba rápido y lo dejo por ahí, quizás en la sala.
—No, él siempre me lo deja debajo de mi cama, en mi cuarto, y ahí no hay nada.
—algunas veces los deja debajo del arbolito, anda búscalo.

Y el pequeño Félix marchó hacia la sala, iba confundido, asustado con la idea de no encontrar su regalo, de que su amigo tenia razón.

Al rato llegó corriendo a la cocina, con una alegría que que no cabía en su pequeño corazón.

—¡Mama!¡mama linda! Si existe, el Niño Jesús si existe. —le dijo con aquella expresión de felicidad que irradiaba toda la cocina.

—¡Claro que si existe! le dijo ella.
—¡Claro mama! —y luego dijo bajando la voz—. Francisquito si es loco, diciendo que eran ustedes. Pero como van a ser ustedes, como ustedes me iban a comprar una bicicleta que es están carísima, si nosotros somos muy pobres.

La mamá se sonrió y pensó en la edad de la inocencia, en los sacrificios que son como la fe; donde se ve el qué, pero no se sabe como. Luego retomó su labor de preparar el desayuno; y el pequeño Félix agarró su bicicleta y se marchó raudo y feliz a la callejuela, donde lo esperaban sus amiguitos.

 

Me ha gustado este cuento porque refleja esa inocencia bendita de la niñez .
Abrazo , poeta.
Pd. te dejo en la cita algunas observaciones .

 

cual seria la alternativa en la religion Judia? o Budista? o musulmana?
solo por poner mis dos centavos.

 

Gracias Elba por tus observaciones. Saludos

 

Para mi es difícil explicarlo porque ninguno de ellos celebra la natividad de nuestro señor Jesucristo. Revisando en Google he encontrado que, aunque el bodhi day marca la navidad de los budistas, el Hanuká en el judaísmo, ....., no tienen nada en común con la celebración de la navidad del cristianismo; es decir son fechas que van a la par o cercanas a la navidad, pero que su esencia es otra, no se si existe un día especial para entregar regalos a todos los niños.
Por ejemplo acá en Venezuela el 24 de diciembre trae los regalos el Niño Jesús, y la alternativa es San Nicolás. En enero los regalos son traídos exclusivamente por los tres reyes magos.

 

uno de los diez mandamientos de los cristianos es "No mentirás" ese era mi punto.

 

Desde el punto de vista de la celebración los regalos se entregan en nombre del niño Jesús, y no se trata de mentir al pequeño diciéndole que se lo trajo ese alguien especial con un sentido de acondicionarlo a la religión, en mi carácter de padre responsable considero que se trata de un juego cuyo limite es el final de la inocencia (alrededor de los doce años), edad que hoy en día, por la capacidad que tienen los niños de asociar las cosas, se reduce a máximo 8 años; es tan así que luego de esta edad, el padre responsablemente habla con su hijo y le explica los motivos y el porqué se dice que lo trajo el niño Jesús o San Nicolás. Esto es una tradición quizás un tanto mercantilista como muchas otras, pero que en el buen sentido nos habla de la etapa de la inocencia de los niños, sus esperanzas, sus deseos. Personalmente no lo considero una mentira, porque no se hace deliberadamente para obtener un bien a cambio, o crear un mal a tu hijo. Aquí en Venezuela la tradición es tan grande que hasta los abuelitos esperan su regalo de niño Jesús, ese día, y no es porque ellos piensen aún que se los trae el niño Jesús, es que un dulce no amarga a nadie, y un regalo mucho menos.
Al final, amigo Gustavo, esto es como el cuento de la cigüeña, el cual desaparece exactamente cuando los niños llegan al final de la etapa de la inocencia, y pasa al cuento de la semillita que le sembró el padre a la mama en la barriga. Hoy en día el cuento de la cigüeña no existe, ahora se le habla con claridad desde el comienzo, pero a su debido momento.
Quizás con el tiempo se hagan los regalos en nombre del niño Jesús, sin decirle que un ser divino, que viene del cielo se lo trae. Yo no creo que eso le vaya a restar importancia a la natividad de nuestro señor Jesucristo; y lo digo porque a la velocidad con que crece, hoy día, la mentalidad de los niños es imposible que esa tradición siga cumpliéndose.
Saludos...