Lazo en la niebla

Campanario de sal
extiende

luna

tu voz hechizo
blanca flama
y ceniza​

desnudo espejo


camina tu imagen

tu hélice de luz
tu huella prisionera ​

el agua te desposa

en reflejos
como una fuente

de albedrío y memoria​

lazo en la niebla​

retiene tu cuerpo

el aliento de la aurora ​

la agraz mañana

te duele

en el amor

que no alcanzaste​

fruto

diluido​

sin impronta

ni destello​

te rodeará los hombros
una extraña enredadera
de peces amarillos


para abrazar tus ojos
cuando llores


con algas como lianas

en el borde​

y un astro

liviano

numinoso​

que calme tu hambre​

tu solitaria sed
de piélagos amargos


una armadura de cielo

irreversible​

una tormenta victoriosa
de olvidos

para salvar el himnario
de las horas diáfanas


y unir el rezo
de todo lo viviente


para amarte

—en secreto—
​

como aman las mareas

 

Es bellísimo el poema... La inspiración se derrama en esos versos claros y diáfanos como la luna. Me gustó mucho este versar de huellas profundas y sensibles. Felicitaciones, Solaribus
Saludo caluroso, poeta

 

Muchas gracias, Antonio por leer y comentar. Te mando un gran abrazo desde este aún frío Buenos Aires.
Dani.

 

Profundas imágenes bajo los versos quebrados, sostienen cada vestigio que forma una alianza desde la cristalinidad del alma y la alimenta en su arcano silencio. Muy diciente la verbosidad que guarda esa metáfora, cierre de este magnífico poema que nos compartes.
Un lujo recorrer tus letras querido amigo
Mi abrazo, admiración y los mejores deseos para ti
Camelia

 

Bello, vibrante, tan profundo que sangra... un gran gusto siempre querido amigo...
Te abrazo con todo mi cariño...
Nancy