Soledad de los besos perdidos

Besamos el torrente

y nos desenfrenamos,

como niños,

al borde del delirio.

Será porque sólo nosotros

no supimos qué hacer

sin respirarnos,

ni asistirnos,

y fue ahí donde naufragamos

hace tiempo,

sin que nadie volviera su rostro

a nuestro engaño.

Después nos perdonamos,

nos donamos al beso

sin perdernos del todo,

y fue el mismo, aquél,

que no nos dimos,

cuando al fin logramos

desatarnos del ahogo.

Irresistible me resisto

a saberte insondable.

Prisionera radiante

de mis versos en llamas…

Y tampoco!

No doy con la palabra

que te resuma y te idolatre.

Nunca te tuve,

ni nunca te he perdido.

Y mis poesías en guardia

con sus garras de lápices

nunca pudieron atraparte.


Hoy sólo me queda el abrazo

al desencuentro,

al olvido imposible,

hundido y condenado

a este naufragio eterno,

que deambula nostálgico y errante,

por esta soledad de los besos perdidos.

 

Hola Lomafresquita!
Qué gusto encontrarte por aquí!
Muchas gracias por tan halagadoras palabras.
Abrazo grande.

 

Es una melancolía dibujada desde las manos que siente lo que es no tener al ser amado.
Me encantó el cierre.
Un gusto leerte, Marcos, saludos.

 

Hola Rosmery.
Muchas gracias por pasar.
Siempre es un gusto recibir tu visita.
Gran abrazo!!

 

Un precioso poema que deja dolor en la piel. Me ha encantado leerlo. Un abrazo grande

 

Hola Solangel.
Agradezco mucho su visita y sus palabras.
Gran abrazo!!

 

Hola Laura.
Muchas gracias por detenerse en estos versos y dejar tu parecer.
Me complace que te haya gustado.
Gran abrazo.

 

Hola María.
Muchas gracias por pasar y detenerte en estos versos.
Gran abrazo y buen fin de semana!