Francisco

Con una horquilla con mango
y un par de tiras de goma,
está al acecho Francisco,
apuntando a una paloma.

Debajo la Cina-Cina
está emocionado el niño,
a tan pequeña distancia
imposible errar el tiro.

Posado en un Mataojo,
le habla al niño un Benteveo,
con su plumaje amarillo
que le resalta en el pecho,

-la paloma tiene crías,
está muy cerca su nido,
sus pichoncitos la esperan
en un gran árbol de tilo.

-Mejor dispárame a mí
que ya me siento viejito
y ahora ya no tengo a nadie
que me espere en ningún sitio.

Se hizo silencio en el monte,
el sol aumentó su brillo,
como esperando saber
la decisión de Francisco.

El niño bajo sus brazos,
apostando por la vida,
parece que le agradecen
el Ceibo y la Anacahuita.

Tirapiedras o Gomera,
tal vez Honda o Tirabeque,
todos son nombres que gritan
que son armas, no juguetes.

 

Muchas gracias, maestro Maramin, por acercarte y comentar!! Un afectuoso abrazo con el deseo de un buen año 2022!

 

Bello trabajo Miguel aqui le llamamos honda, y de verdad que son armas.
Gracias, gracias, gracias. Los niños saben lo que esta mal y me ha emocionado gandemente este poema infantil. Pero es como el Principito para grandes tambíen. Un abrazo con todo mi afecto y feliz 2022.

 

Muchas gracias, Catia, por leer y por tan lindo comentario!! Un abrazo y el deseo de que tengas un muy buen año.

 

Muchas gracias, María, por acercarte y por el lindo comentario!!

 

Al igual que en Fernanda, estupenda lección en otro gran poema, con la humanidad del Benteveo en una situación crítica.
Me encanta cómo y sobre lo que escribes, Miguel, un placer leerte.
Un abrazo.
Javier

 

¡Muchas gracias, Javier, por tu cercanía y por el especial aporte hecho comentario! Un abrazo.