Pinta de castidad

Nos topamos en mitad de la ciudad,
con tu falda a rayas y la lluvia estrenándose,
cual lobo me diste curiosidad
y después de un minuto terminaste charlándome.

Se acalora esta lluvia torrencial,
tus risas van renovándose,
ese chicle que mascas ha de ser un carnaval
y tus ojos siguen mirándome.

Hay que buscar un sitio donde no nos vea ni el mar,
para montar una escena de pasión,
eres una novedad a mi paladar
y yo otro experimento en tu colchón.

No es muy frecuente que me soliciten para bailar
desnudos sin que nos estorbe nada,
ahora entiendo esa risa tan singular,
me besas y eres una lobita apasionada.

Estas manzanas saben a azúcar y miel,
tu piel tiene el bello color a chocolate,
mañana cuando me acuerde, sonreiré,
de haber sido tuyo, qué disparate.

Quedemos para la otra ocasión
en desvestirnos en plena calle,
al fin y al cabo, eso de la emoción
es de nosotros y nadie ocupa detalle.

Hace rato que en mi cuello no hay moretones,
de esos que tienen pinta de castidad,
hay que ver que tu falda es para danzones
que andan en busca de la felicidad.

 

Siempre es un placer leerle.. Compañero, la singularidad de vuestras "bellas y profundas historias" Sí que sabe lo que hace.

 

Como siempre, un gusto que pases. Saludos. Un placer recibirte por acá.