Para que me envidien los marcianos

Yo quería una mordida de tu boca,
la mitad de tu sostén dorado,
una salsa para picar mientras me toca
suspirar porque tu beso no ha llegado.

Yo quería una pena sentado en tu pierna,
un octubre decadente, un mariposario,
una risa de tu rostro con inocencia
o simplemente una pieza de rosario.

La entrepierna de tu pantalón vaquero,
un tsunami para este calor ingrato,
tres tragos de ron sobre tu cuerpo
para que me envidien hasta los marcianos.

Una foto enmarcada de tu pezón rosado,
una laguna clara para bañarme contigo,
un zoológico para vivir enjaulado
y que me visites de lunes a domingo.

Un sesenta y nueve para relajarnos,
un masaje erótico y prohibido,
las curvas de los dedos de tus manos
y mi sangre con tu nombre y apellido.

Una cucharita, un punto x, hace calor aquí,
un Cosmo Cat, un lingüini, un perrito faldero,
un acróbata, un joystick, un balancín,
una tijera invertida, mira y aprende, un cabecero.

Una crítica positiva para amarnos,
un placer para que me envidien los marcianos.

 

No quieres nada
Un abrazo, Robsalz.

 

Ve de controlarte antes que te llegue un ictus! Fuertes son tus versos y si lo haces que nos digas como te ha ido!

 

Igual y ya lo envidian con el solo hecho de haber encontrado el amor...
Un hermoso poema nos comparte, encantada de recorrer su espacio, saludos!!

 

La lista preliminar de Navidad. Saludos. Un placer recibirte por acá.

 

Creo que me fue bien. Saludos. Un placer recibirte por acá.

 

Uno nunca sabe, los marcianos son medio desconfiados. Saludos. Un placer recibirte por acá.