Mujer andaluza.

Las lágrimas de Boabdil,
calan en una tierra
de flosculo de ojos negros,
que se hunden en la hiel de la culebra,
para sanar su alucinación.

Perfume de naranjas y jazmín en su piel,
ella se cubre con un mantón de Manila
y utiliza sus dedos para peinar los flecos,
suave penetración que desenreda el deseo.

Pestañas, telarañas mojadas,
que se condensan en la ruptura de la voz,
un collar de perlas húmedo, es el rocío
hilado desde el vientre hasta la garganta,
que tira del cuerpo, tensión de un arco
a punto de impactar en una mirada.
Formando un cielo estrellado en
la desnudez fría del amanecer.

A través de la mantilla de chantilly
baila la gitana para el sultán,
escamas por piel, espejo de fuego,
que con el sol parece prenderse.
Ocaso que sangra lentamente
como baba escanciada en el silencio,
profundidad azabache del cante jondo.

La andaluza deja caer el abanico
en la frontera del descaro,
compulsión sobreexcitada
del amor sacro y profano,
preludio a la locura, la diplopía del alma,
donde muere el lamento del moro.

 

La andaluza mujer de carácter y apasionada. Y tú hotarubi, con tus versos eres un ejemplo. Cito la parte que más me ha gustado: "Perfume de naranjas y jazmín en su piel,
ella se cubre con un mantón de Manila
y utiliza sus dedos para peinar los flecos,
suave penetración que desenreda el deseo"

 

Gracias Jose, por comentar y citar tu parte favorita.
En esta vida no se puede ser de otra forma, si no tienes carácter, la sociedad te pisa.
Las gaditanas usaban el plomo de las bombas de los franceses, para hacerse los tirabuzones en el pelo. Y ahí está el mejor ejemplo de la alegría y la sátira de la gente de aquí. Esto está recogido en un tanguillo muy conocido, que dice así:

"Con las bombas que tiran
los fanfarrones
se hacen las gaditanas
tirabuzones.

Que las hembras cabales
en esta tierra
cuando nacen ya vienen
pidiendo guerra.
¡Guerra! ¡Guerra!

Y se ríen alegres
de los mostachos
y de los morriones
de los gabachos.

Y hasta saben hacerse
tirabuzones
con las bombas que tiran
los fanfarrones."

 

Maravilloso, Hotaru!
Como un alucinógeno lleva de la mano a la mente en un viaje interdimensional en el propio cuerpo. Más aún con esos malignos versos: el noveno más la estrofa consiguiente.
Sin duda, Andalicía tiene habitantes presumidos y seductores.

Cortito y al pie mi comentario, mas no por ello ha de significar que no lo he disfrutado. Sino todo lo contrario, mucho más...
Beso!

 

Gracias, por apreciar el poema.

Las mujeres andaluzas tienen demasiado carácter y complicado, dicen ser celosas y de armas tomar, pero aún así, tienen su encanto, por algo Julio Romero de Torres las pintó.

No hay malignidad en ningún verso...pero
luego, la última estrofa es la más interesante. Tienes que mirarte el lenguaje de los abanicos y también el cuadro de "amor sacro y amor profano".

Un abrazo.