Empiezo a recordarte

Sólo se resignan a perder los que nunca han ganado
los que no han heredado el gusto en la boca,
sólo se retiran los que no apuestan besos
y los que estando libres son presos
del estorbo de la ropa.

Sólo se mueren en vida los que no han sido gobernados
por la lujuria, la malicia y el pecado,
los puros que tienen más sombras que la soledad,
los ángeles que son tan diablos
que brillan en la oscuridad.

Debe dar medianoche el reloj de mi pulsera
y el anochecer que como ladrón se cuela
por las cortinas de mi corazón,
qué pena que exista el día
en que por amarnos en lo prohibido
asfalten las calles de mis pesadillas.

Mi alma es un cuaderno de notas indecentes
y de dialectos escondidos por siglos,
la lengua la herramienta que se enciende
en medio de silencios y desatinos.

Es cierto que quien no ama no vive,
pero es más cierto que quien no prueba el pecado
deja muerto eso que nos hace humanos
y se muere antes de tiempo,
lo que no se mira de cerca se desea de lejos.

Debe dar medianoche justamente ahora
y con el morir del día empiezo a recordarte,
a besarte en sueños y a desearte...
sólo están muertos los que nunca amaron.

 

Interesante.
Creo que ciertas aseveraciones son únicas, en tanto otras mostraran múltiples aristas.
Un poema sin duda reflexivo.
Saludos

 

De todo hay en la villa del Señor. Saludos. Un placer recibirte por acá.