Levantar la voz

Levantar la voz
es un acto simple.
Un acto de humanidad
y de humildad.
Cuando está desvanecida
o fue atropellada por los ruidos
es imprescindible y urgente
brindarle primeros auxilios.
Mirala, pobrecita.
Mimala con el tono familiar
que tienen las caricias.
Inflala un poco, lo suficiente
para que reanude su viaje
en globo aerostático.
Como toda voz
ella pertenece al aire
Como los pájaros.​

 

Una voz sin cadenas de tempestades, bellas líneas poeta José Luis G.saludos cordiales

 

Agradezco sus palabras, estimada poetisa. Me alegra que te haya gustado. Saludos

 

Gracias poeta por su comentario. Saludos

 

Si señor, cuando la voz está desvanecida o atropellada por otros ruidos hay que inflarla un poquito.... pero no sé yo si a los niños hay que animarles a que suban el tono, que ya lo suelen tener bastante alto.
Me ha gustado mucho, José Luis.... voy a ver si pongo en práctica tu sabio consejo.
Un abrazo.
Javier

 

Gracias Javier, jaja algunos usan sus derechos y la elevan al máximo volumen. Jajaja Son voces sanas... Esas deben aprender a compartir su aire. Saludos

 

Hermosa poesía sobre la voz: un paisaje que la redime y la transforma en el principal vehículo de nuestra propagación como humanos; incluso más que las esporas o el esperma, la palabra, la voz, o el aullido, sirven para eso! Un abrazo, amigo!!

 

Gracias, querido amigo, por poner en movimiento ese vehículo cargado de fuerza, es tan valioso el trabajo para dar voz. Un abrazo