Seducir al vacío

Todas las noches es lo mismo.



El Suicida intenta seducirme,

animarme a renunciar,

a terminar de caer:

Se acabaron los motivos,

al igual que las razones.



Me dice que entregarme al abismo

me dará la paz que la vida nunca me otorgo.

- Velo como la anhelada liberación. Ya no más soledad, no más soñarla en otros brazos o derramando veneno en tus oídos.



No sé si juego con él

o él juega conmigo.



Falaz lenguaje

que pretende convencerme

de elegir entre la bala,

la soga,

el licor o el vacío.



Yo le permito seguir

con sus argumentos,

mientras bebemos licor de olvido

y plasmo versos a Ella escritos.



La Soledad guarda silencio,

de vez en vez,

una sonrisa triste

cruza su rostro.



Al final mis promesas y evasivas

doblegan al Suicida.



Sin embargo,

al tiempo que apago la veladora

me comenta:

-Mañana será otro día....

 

Mucha inquietud manifiesta este poema con un seductor nada recomendable .Un saludo poeta.

 

Es la lucha diaria por engañarlo y vivir un día más...