Hoja al Viento

En la bruma de un adiós, el dolor se funde,
te suelto, amor eterno, como hoja al viento.
Nuestros sueños, cual estrellas, en el cielo se hunden,
y yo aquí, con el alma en profundo tormento.

Tu risa era mi refugio, tu voz mi hogar,
pero en el cruel destino, los caminos se deshacen.
Cada latido compartido ahora es pesar,
y el tiempo nos arrastra, sin tregua y sin deshace.

Te dejo ir, aunque el corazón se quiebre en mil pedazos,
como mariposa en vuelo, nos separamos sin grilletes.
Tus ojos, una promesa en un suspiro escaso,
ahora son solo recuerdos, entre lágrimas y besos.

Las horas se hacen eternas cuando el amor se parte,
y el eco de tu nombre aún resuena en mi pecho.
He de soltar, aunque duela este cruel arte,
pues amarte es aprender a vivir en el desecho.

Nuestros caminos se bifurcan en sendero del adiós,
como ríos que se encuentran solo para separarse.
En este instante cruel, nuestra historia se deshace,
como arena en el viento, como canto en la voz.
Dejo ir, amor mío, con el alma en pedazos,
y en la tristeza encuentro belleza del abandono.
Aunque el dolor sea profundo y quizás desolado,
en el final del camino, serás siempre un sueño dorado.​