El poema perfecto

No tiene palabras.
Es el silencio entre dos miradas,
la curva de un río que no sabe a dónde va,
el temblor de una hoja que cae sin testigos.

No tiene forma.
Es el instante antes del beso,
la grieta que el tiempo dibuja en una pared,
la espuma efímera que el mar olvida en la arena.

No tiene rima.
Es el sonido del aire al rozar tus pestañas,
el crujido de un libro al abrirse,
el latido acompasado de un corazón que espera.

El poema perfecto no se escribe.
Es el tacto de un recuerdo en la punta de los dedos,
la nostalgia de algo que nunca fue,
la certeza de que, aunque lo busques,
ya vive dentro de ti.

 

Muy lindo y nostálgico poema. Me hiciste pensar en un poema que acabo de escribir, es espiritual y se llama Nagori, una palabra japonesa, que me recuerda a tu verso de esa espuma del mar que se queda en la arena. Y el poema perfecto ha de guardarse en el corazón, tal vez por eso de un momento podemos escribir varios poemas, porque hay instantes que jamás sabremos cómo describirlos, se quedaron en las puntas de los dedos, en la dulzura que entró al oído como un éxtasis indescriptible, dolores que cada uno vive a su manera y tampoco podemos trasmitirlos a los demás para que entiendan. La enfermedad solo la conoce el cuerpo de quien la padece.

 

Pensamos igual,?

 

Si. Tratamos con la escritura de acercarnos a una fotografía, ahora tendríamos que pensar en una imagen de dron para acercarnos, deberíamos es escribir observando con microscopio, pero lo que hay en el corazón o en el cuerpo en su totalidad, solo Dios lo sabe, nadie más, lo que trato es de buscar la alegoría más cercana, y luego leo a alguien que escribe algo que digo: debí escribirlo yo.