Suaves gozos.

Yo no sé que sería
de mí sin esa voz que me consuela
que siempre me da amparo y alegría.

No sé que más me duela
si tu ausencia, mi amor, o tu despego
mas escribirte siempre me desvela.

Yo tengo el amor ciego
te quiero sin mirarte, sin oírte
pero leerte, amor, me da sosiego.

Hasta puedo sentirte
cuando leo tus versos amorosos
y me brotan mil versos por decirte

que refieren felices alborozos
alegrías, pasión,
sutilezas de amor, y suaves gozos,
que mantienen feliz mi corazón.​

 

Lo que yo siento al leerte es que tú, en este poema, le estás hablando a alguien que no tienes cerca,
a un amor que vive en la distancia.
No es un amor de abrazos ni de miradas,
es un amor que respira en las letras,
en esas palabras que él te escribe
y que para ti son refugio, alegría y compañía.

Tú lo amas sin verlo, sin oírlo,
y eso me dice que la conexión entre ustedes no depende del cuerpo,
sino de lo que esas letras despiertan en ti.
Él no está a tu lado físicamente,
pero en tus desvelos lo buscas en la escritura,
y cada verso suyo te llega como un abrazo invisible.

Yo lo leo como una relación idealizada,
alimentada por el deseo y la imaginación,
donde sus palabras son la prueba más viva de que existe.
Y creo que a él le hablas así
porque sus versos no sólo te enamoran,
también te sostienen y te hacen sentir que,
aunque lejos,
está presente en lo más profundo de tu corazón. Y estoy celoso..