Parece esconder

Retraídos,

mis sentidos silenciados,

al tocar tu piel,
el cielo se invierte,
y creo tocar el sol,

sombras bailarinas,

cada paso es,
sueño cumplido,

gemidos entre estrellas,

creo que la luna nos observa,

nuestros cuerpos inertes,

al igual que la mente,
el alma expresa,

sentimientos de luz y carne,

carcasas dotadas de oro,

porque la vida es el mayor precio,

nos conducen nuevos horizontes,
hacia donde dios cayó,

edén de rosas mustias,
angustias de brotes condenados,

parece ser,
que el placer se ha cansado,

de esconder tanto dolor.

 

El poema retrata una experiencia intensa y contradictoria, donde el contacto con el otro desata una inversión cósmica: tocar la piel es tocar el sol, y el cielo se transforma en un escenario de sombras y luces. Entre sensaciones físicas y emocionales, los cuerpos y almas se unen en una danza de placer, observados por la luna, mientras la vida misma se percibe como un tesoro de valor incalculable. Sin embargo, este gozo se ve teñido por una melancolía profunda: nuevos horizontes conducen a un lugar donde la perfección ha caído, un edén marchito por el dolor oculto. Al final, el placer se revela incapaz de seguir ocultando la herida que lo atraviesa.


Saludos Cordiales