Diarios: 14/10

Hoy no he sido capaz de correr a un ritmo tan bueno como el de ayer. Talvez sea por el cansancio acumulado de los días o porque trabajé de mañana y psicológicamente estoy menos fresco. También es posible que se deba a que ya terminé el libro "de que hablo cuando hablo de correr" en el que Murakami narra su experiencia como corredor durante los últimos veinticinco años de su vida, lo que hace que mi motivación descienda. Si ayer pude correr 20km en una hora y cincuenta minutos, tras debatirme con mi dolor de piernas, hoy a los cuarenta minutos de carrera ya estaba fatigado y decidí parar con unos tristes seis quilómetros corridos. Estoy contento. No soy una persona especialmente deportista y últimamente intento incorporarlo como hábito ya que le sienta muy bien a mi cuerpo y a mi mente. También intento continuar con el hábito de escribir.

Hace unas noches que he retomado mi relación con la narrativa. Todo empezó una mañana que me vi obligado a pasar una mañana en el hospital de la ciudad donde vivo A Coruña a causa de unos dolores que hace tiempo llevo padeciendo en la región abdominal. Me pusieron un Nolotil y tras empezar a sentir alivio, me di cuenta que me iba a tocar esperar en observaciones durante toda la mañana hasta que con suerte el médico se decidiera por darme el alta. Durante esa estancia sentí ganas de leer algo lo cual me sorprendió porque hacía tiempo que no me surgían las ganas. Hace años si las sentía, pero perdí el propósito hacia la literatura. Había olvidado su valor.

A través de la narrativa es más fácil entrar en estados mentales más parecidos a la meditación que a través del cine o las series de televisión. Es un potente arma que desde siempre intuí pero que con los años he ido confirmando. Leer y escribir, sobre todo alejado de los aparatos electrónicos sirve para mejorar varios aspectos de la salud mental. ¿Cómo iba a rechazar esos beneficios cuando la lectura había sido algo tan presente en mi casa desde que soy un niño?. Me da algo de pena continuar mi diario al formato electrónico pero me gusta compartir lo que escribo y espero que este sea un buen medio.

Durante mucho tiempo la escritura fue algo muy escondido para mí. Mi madre me había transmitido que antes de ponerse a escribir uno tenía que haber pasado muchas horas leyendo. Ella, al igual que mi hermano, eran muy buenos lectores. Al menos podían pasarse tardes enteras leyendo novela. Yo no. Sin embargo, en raras ocasiones los he visto escribiendo más allá de las tareas estrictamente académicas o profesionales. Talvez esa manera de creer en la escritura como algo que no se debe hacer al menos que seas un gran lector los ha bloqueado creativamente igual que a mí. A día de hoy pienso que tanto leer como escribir son actividades que pueden ser muy enriquecedoras o muy enfermizas, pero en ningún caso uno debe sentir vergüenza de realizarlas, por muy mal que crea hacerlo.

Espero mantener en el tiempo el hábito de cuidarme, tanto en el mundo del deporte como en el mundo de la literatura. Cuidar mi dieta, mi cuerpo, mi mente. Que este diario consiga ordenar mis pensamientos todos los días y que me sirva de terapia con una actitud de apertura y sin caer en viejos bloqueos. Aprender a que mis palabras surjan como pueden surgir durante una conversación animada con un amigo. Como surgen a veces de mi alocado pensamiento. Pero espero aprender a utilizarlas con más cariño y sanación.

 

Gracias por pasarte. Un saludo