Al fondo a la derecha

No sé si habrán sido las dos cajitas de vino,
que se sienten como estufa en la cara.
Escuchar un punteo lento de esos de Piazzolla
que podrían deprimir a una hiena.
O ver la erótica danza de los pollos desnudos en el spiedo de la esquina.
Los que me hicieron recordar, que no como hace dos días.

Junté como pude mi cadáver
y tambaleante llegué hasta el supermercado del chino.
Esquivé en gambeta larga al vigilante de la puerta.
Eludí la tentación de la góndola de los vinos.
Y aquí estoy otra vez,
a fideos, salchicha y huevos.

Bitácora del capitán:
Motín en los intestinos
"Llamando a todas las estaciones.
Necesitamos urgentemente una mujer que cocine a bordo.
Se negocian la rendición y demás condiciones."

(2005)

 

XD... como que en verdad necesita una mujer en casa...

 

Jejeje... me encantó... Un saludo.

 

Tengo muchísimos datos sobre deliverys... ja ja ja... una carpeta con sus direcciones y teléfono... ¡y ni una sola receta!

Me hiciste reir, me gustó mucho. Me voy ahora pal supermercado chino.

Estrellas y Saludos.

 

Dibujarme una sonrisa merece mi abrazo... Estrellas por tus buenas letras...!

 

ja ja ja
genial, genial, genial

Le felico, amigo.
Tiene ud gran genio.

 

Pues que mas nos queda a los hombres sino depender de las delicias que nos preparan las mujeres, o si no a pasar hambre, hermano.

 

Jeje! Si no fuera por el frizer y el microondas, yo ya estaría muerto hace rato... ¿Donde dejé las pastillas para la gastritis?
Un abrazo. Dany.