Ha muerto la tempestad.

Te amo y me amas, pero más te amo yo.
Han sido largos los días, y los tiempos como el viento,
son cortos tus ojos grandes, ya estas conmigo.
Distantes nuestras almas, mi cuerpo y tu cuerpo.

Hoy soy más grande que ayer.
Y tú, eres más hermosa, mujer entera.
Como agua perfecta, de perpetuo existir.
Mi esposa, mi amiga, mi amante de siempre.

Tu mano surca mi cuerpo.
En los años perdidos, has vivido presa.
Besas mi frente, como antes del adiós,
mientras escribo callado, tus versos nuevos.

No hay duda amor mío, ha muerto la tempestad,
la paz vuelve despacio.
Como el rocío al ramal frondoso del árbol viejo.
Como tus labios a mis labios.

Voy a amar tu cuerpo, cuando concluya mis versos,
te sentirás mujer, vivirás entre mis brazos.
Devoraré cada centímetro de tu perfección.
No hay duda amor mío, ha muerto la tempestad.


Leonardo V.​

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Buen poema

 

Gracias por tus palabras querida amiga, te dejo un abrazo muy fuerte y cariñosos

 

Hermosos tiernos y delicados versos dedicados a tu amada,
placer de estar aqui y dejar mi huella,simplemente Anamar.

 

Gracias Anamar, eres un ser maravillosos, un abrazo calido y sincero te dejo.