Ranchos de cartón

Entre los hierros retorcidos de la arsa noche,
cada estupefacto hombre parece una chivera,
cada quien deambula, quebrantando su derroche
de sueño; y transforma en nauseabunda papelera
sus noctámbulos y antiguos deseos de surgir.
Se extinguen las justas aspiraciones de vivir.

Vagos desencantos y esperanzas apagadas
nos emboscan, nos abordan, tratan de descubrir
antiguas emociones de luces engañadas.
Y es que; a todos alguna vez, nos tocará sufrir
crueles desplantes, desmanes, decepciones vanas.
¡Todavía se nos desintegran los mañanas!.

En la cruel maraña de este cerro
cada araña ha tejido ya su red,
cada pulga ha aceptado a su perro,
cada río ha saciado ya su sed.

Pero la fuerte lluvia insiste, persiste
en su ataque misilístico de gotas...
y el rancho prácticamente ya no resiste.
Ora el viento sopla, sacudiendo rotas
ventanas de papel. Y el techo de cartón
levanta su sombrero y muestra el corazón.
El primordial y albo encanto de la muerte
ofrece a otra familia un ápice de suerte.














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Fenomenal!!! Este magno y muy elaborado
poema y sus acertadas rimas capturan la atencion de inmediato,
la polimetria de sus versos no afecta el encaje y el ritmo de la pieza,
fluida y placentera al oido en su lectura. En fin un gran poema hermano POETA.

Un abrazo.

 

Me gustaron estos versos. Triste realidad palpable en nuestra América latina… Tristes, muy tristes. Buen trabajo
Abrazos
Chepeleón

 

La miseria solo se parece a si misma, cruel la realidad de nuestra América morena, muy buen poema.

 

Gracias amigo mío, aunque la poesía de protesta y social no siempre me salen tan bien como aquí, si creo en ella, porque creo que más importante que el mensajero es el mensaje, y parte de la responsabilidad de todo escritor que quiera hacerse llamar poeta es crear conciencia, porque sólo podemos reparar nuestros errores después de haberlos admitido, y sólo los admitimos después de tomar conciencia de ellos.
Este tipo de poesía es el que menos escribo, pero es el que más busco para leer, es la protesta lo que me acercó a Neruda y no otra cosa.
En fin no me alargo más; gracias poeta por sus elogios, y abrazos.

 

Y la peor parte es que la sociedad somos todos, tomaremos conciencia, espero...
Abrazos.

 

Mientras no sea irremediable...conservemos la esperanza, los cerros de arenizca no se vendrían abajo con un estudio de terreno, siembra de árboles de raíces profundas y sistemas de contención, por otro lado también se podría reubicar a los que viven en esos cerros en ciudades dormitorio al alcance de las estaciones del tren subterráneo, (o metro), en fin soluciones hay, lo que no hay son voluntades y organización.
Abrazos.