Cicatrices de la primera vez

La melancolía se hace cauce
como un rasguño traidor,
ahora infectado.

Albedrío, que es un secuestro
desde la concepción,
de donde diablos vengamos,
probablemente de océanos, probable,
como la espuma de alta mar
en la profundidad de la noche,
probable, imperceptible,
tan circunstancial como este aire
que nos ceba de latidos,
probable, entre millones
de otras probabilidades.

¿Qué recuerdo cabe en la historia
de la memoria de otro?
La suya, mía,
porque convergió insolente
sobre mi sexo incendiado.
Aunque el recuerdo de un recuerdo
es un edificio incompleto
mirando con rotas ventanas
la lluvia ultrajante.

Me devolvió las cartas
aun en su ataúd de papel,
insultando la esperanza
de que volviera a mi lado.

Me desperté más humano,
menos poeta, menospreciado.
No sé si te acuerdas,
corría mi adolescencia,
tú, comías corazones,
...tal vez porque no tenías.

 

Esos amores de la primera vez que nos partieron el alma, aunque claro sin corazón debió ser fácil para ella, un manifiesto de esas heridas que aunque se suponen curadas quedan esas cicatrices. Y lo que supura es melancolia.

besos hasta tu rincón desde donde engarzas esos sentimientnos

 

Precioso poema, me encanta, sobretodo el final....

Un Saludo

 

"Comías corazones, tal vez porque no tenías"
Me encantó el poema, señor.
Fue un placer para mí leerlo.
Un saludo enorme.
Mil besos

-Solcito.-

 

Gracias Sara, en deuda con tus besos.
Desde dentro, como siempre,
porque el exterior quema
como la mermelada caliente.

 

Muchas gracias, encantado de conocerte,
es un placer saberse apreciado.

Un abrazo desde Mallorca.

 

Muchas gracias, el placer es mío,
que estas palabras tengan objetivo.

Un abrazo, capaz de albergar tanto beso.