Templo

Extiendo mis alas,
y miro al cielo,
con los ojos cerrados,
observo tu recuerdo.

A lo alto de esta cima
nadie llega,
los que lo intentaron
se fueron abajo por la peña.

Es mi cumbre sagrada,
mi fiel amiga.

Vengo cuando llueve o truena,
cuando hace sol o nieva.

Aquí expando mis alas,
aquí escucho la nada.

Oteo el horizonte sin ver nada,
nada de lo que creeis vosotros importante,
de eso, no hay nada.

Buscate tu templo
en el que puedas ser tu Dios.

En el que puedas soltar tus graznidos,
sin que te responda el eco.

En el que la vida cobre su sentido,
solo por tu respiración.


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Felicidades, un deleite leerte. Abrazos

 

Es un bello poema, pero cuida esas faltas... Horizonte sin hache, búscate con v y sin acento... Quitan mucho a un buen poema...

Un saludete de Samuel.

 

Un bello poema nos dejas. Ha sido
muy grato leerte. Saludos.