1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

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  1. Qué pena siento, no sé qué pasará
    es imposible con la culpa luchar,
    pero de los errores he de aprender,
    no sé qué me esperará
    pero a mí mismo no me puedo querer,
    y sé que Dios algún día me perdonará.
    A cayendo como las hojas le gusta esto.
  2. Éstas son mis palabras
    que llaman a tu puerta,
    es la llave de la esperanza,
    son elogios de alabanzas
    ¡de una fe muerta!.

    Éstas son solo suplicas
    que la luna los opaca,
    son solo duplicas
    de verdades amargas:
    ¡son mis infinitas oraciones!.

    Éstos son solitarios quejidos
    que ya no soporta penas,
    es la osca condena;
    por cientos que en mi mano
    han caído heridos,
    siendo mi prójimo y mis hermanos:
    ¡qué por mi culpa han sufrido!.

    Éstas son mis risas,
    locuras nocturnas que
    se los lleva una brisa,
    en las alucinaciones absurdas.

    Éstas son mis dudosas preguntas
    que no tiene sabor,
    pero todas juntas:
    en un segundo, ¡hacen perder la razón!.

    Éste soy yo y mis cosas.
    creadas en mi eterno amor,
    fruto de una nostálgica canción
    que me da esta enorme sensación
    de escribir e inspirarme
    en un mundo de ficción.

    Esto es todo de nada o quizás,
    algo encontrado que se pierde,
    es como la esperanza color verde
    esto es todo….
    y no existe todo lo demás
    ¡quizás solo existe, lo que se pierde!.
    A Maramin y cayendo como las hojas les gusta esto.
  3. Espérame unos años,
    un día más, un día menos,
    déjame ser un profesional
    para luego casarnos,
    hacer de tus sueños realidad:
    ¡este amor mutuo y eterno!.

    Espérame ese tiempo ¡Dulcinea!,
    acaece este obstáculo de la vida;
    amar no es lo mismo que un beso,
    cuales manjares de zucarina;
    el amor y el destino niegan,
    tus labios glucosa de cerezos.

    Pasado eso años,
    tú y yo tendremos 206 huesos,
    más de 5 litros de sangre
    más de 3 trillones de neuronas en los sesos
    y solamente 5 dedos en la mano,
    y el corazón será grande, grande...
    tú y yo seremos un solo ser humano.

    Al fin de la espera,
    seremos una persona,
    llegues a ser mi esposa,
    y obedecer al afán caprichoso del amor;
    recién entenderás no habrá quien te quiera
    como este torpe poeta escritor.
  4. Aquella casa yace abandonada,
    cual caja torácica
    mis costillas y mi oxígeno
    están dentro de esa casa mágica;
    collage de recuerdos que drogan
    lugar del subliminal veneno.

    Aquella casa, un elogio de amor
    rebosante de crepúsculos sabatinos;
    un hombre y la mujer…
    esa casa del ego conquistador
    ese casa que todos lo pueden ver
    pero no sentir los recuerdos de amoríos.

    Ese sitio que amé con convicción
    en el pasado, ella allí vivía,
    un sitio sin leyes
    la casa de las simpatías,
    un lugar solitario donde grillos entonan la canción
    del réquiem salvaje de la conciencia;
    paso por allí y algo me dice:
    ¡no te atreves a soportar su indiferencia!
    y la única respuesta es: ¿qué somos dios mío?

    Esa casa abandonada
    por donde camino volviendo en sí
    donde se echa de menos el pasado
    no le da “luz verde” al amor errado,
    esa casita de fachas pintadas
    y cuando me alejo le digo: ¡ARRIVEDERCI!
    A Maramin y cayendo como las hojas les gusta esto.
  5. Soñé como si fuese de verdad
    infortunios que podemos pasar,
    la tristeza y la muerte injusta,
    nunca como nunca he pensado
    ese sueño que me asusta
    jamás me hubiese imaginado
    y sin preámbulos contaré esto que me disgusta:

    La familia de mi padre, 3 primas hermanas,
    mi tía yo…
    asistimos a una fiesta enorme
    como si fuese botado por la ventana,
    globos, alegría de cien invitados
    y al borde un gran estrado,
    todo era la locura de una fiesta de alegría
    pero un gigante dolor se ocultaba:

    Era la historia de una chica hermosa,
    14 ó 16 años, edad dudosa;
    la fiesta era solo una triste razón:
    “la chica moriría en pocos días”
    víctima de una enfermedad que no tiene sanación
    y su cumpleaños, no lo celebraría.

    Sus padres organizaron esa fiesta
    tratando de celebrar los días
    adelantando su cumpleaños
    pues faltaban 3 meses…
    a ese dolor camuflaron la alegría,
    quisieron motivarla con invitados
    pero esas tristezas con nada decrecen.

    Posterior a los agitados bailes,
    la señorita estaba en el estrado
    y no había dicho ninguna palabra.
    en una pausa gritaron todos:
    “queremos que hable”.
    tenía el rostro estrujado y sonrojado
    tenía en sus manos un cuaderno rojo…
    la miraba y no entendía por qué así actuaba.

    Ella se rehusó a hablar,
    me pidieron hablar por ella
    argumentando que yo era un poeta
    y solo yo podía exponer mejor sus ideas
    con tan solo leer su cuaderno.

    Comprometido con la gente,
    subí al estrado, ella me dio su cuaderno
    ¡no puede creer!... era su diario,
    al leerlo pasaron muchas cosas por la mente
    me di cuenta que la vida es un sicario
    que solo eres dueño de tu alma
    pero jamás de tu vida y cuerpo.

    El libro remitía:
    “he sido feliz en poco tiempo,
    he tenido lo mejores padres,
    ellos me extrañarán de por vida;
    en mi corta edad me enamoré de alguien
    y jamás se lo dije, he compartido una vida anhelada;
    mi vida se acaba, es un inacabable ayuno
    y todo lo demás tristezas”
    Como si fuese yo quien moriría
    hablé llorando,
    la gente entendió ese dolor
    que sentía la señorita,
    cada palabra de tristeza fui recitando;
    y pensar en verla partir ahorita.

    Cuando terminó la fiesta, luego de 5 días
    me llenó la pena cargado de culpa
    ante una carga de nostalgia,
    obvio: la señorita ya no vivía.

    Sueños raros que no se repiten
    sueños que nos hacen reflexionar,
    porque a veces
    no se viven para contar.
    A wilber1967, cayendo como las hojas y numal les gusta esto.
  6. Inefable caridad de engaños
    lágrimas secadas por blancos paños;
    los suspiros al llorar…
    Por ello, no me volveré a enamorar.

    No me volveré a enamorar…
    cruel amor maldito y benigno,
    ¿Qué es el amor?, ¿acaso un mito?
    no volveré jamás a amar,
    lo sé desde lo más recóndito
    así, ¡nunca volveré a adorar!.

    No me volveré a enamorar…
    llaves que cierran puertas,
    la mancha de huellas estigmatizadas.
    ¿Para qué amar?.. Si ya no podré amar;
    ebria la vida, una vida emancipada,
    amaré mi vacío y estaré
    a los desamores muy alerta.

    Aun mi cielo se arrodillase,
    aunque esté sediento en el desierto,
    aunque la impotencia quiera ganar,
    la carrera psicodélica de lo incierto,
    aunque fueras escenas fugases,
    Solo digo: no me volveré a enamorar.
    A cayendo como las hojas le gusta esto.
  7. Desvanece un murmullo,
    al exorcismo de un canto,
    en aquel mesa de la libación,
    se formatea la mente y se pierde la emoción;
    en este orbe somos ¡tú y yo!

    ¡Tú y yo!...
    dopado de sensualidad,
    esquivando cada palabra mía;
    yo te amo y tú… ¡quizás no!...
    resignación a esta terminal enfermedad,
    y el cuerpo débil pide tu morfina.

    Ósculos tuyos probados por muchos,
    fui yo la excepción de tus besos,
    solo te besé en los repetitivos sueños;
    condenado a tu patíbulo por justo,
    se deprime mi ser y es pequeño,
    en las partituras amorosas del deseo.

    ¡Tú y yo!...
    simples amigos consejeros,
    opuestos como el norte y el sur;
    corazones vacíos y embusteros;
    no soy ese príncipe azul,
    pero sí el que da alegría hasta tu futuro.

    ¡Tú y yo!..¿Qué somos?,
    acaso dos homo sapiens,
    ¿acaso por casualidad nos conocimos?;
    ambos llevamos pesos en los lomos…
    ¡tú y yo!... victima de amoríos
    pero ¿quién ama a quien?
    tal vez no me ames… ni menos yo.
    A cayendo como las hojas le gusta esto.
  8. ¡Cuando tú me quieras!
    odaliscas bailaran fervientes
    palpando fútilmente mi cardio;
    cuando de veras me quieras
    las rutinarias estaciones serán diferentes,
    benévolo será el alma de trigo impío.

    Cuando me digas que sí,
    el karma apoteósico de
    tu razón que te hace mujer
    se dilatará purpurante en mí…
    ¡cuando tú me ames!…
    a tu libre albedrío
    haré ceremonias de fuegos para ver
    llover lágrimas de vidrio de tus ojos;
    y al final te entregaré mi cariño.

    ¡Cuando tú me quieras!...
    se evaporaran las mujeres de mi sueño,
    navegaré en tus aguas de océano
    persiguiéndote: ¡mi deidad!...
    las temporadas de sequías serán ¡bellas!;
    trillones de mariposas en el estómago
    fraguaran mi sentir de supremacía.

    ¡Cuando tú me quieras!
    te obsequiaré algo por el amor evidente:
    una rosa u osito de felpa;
    cuando llegues a ser mi esposa
    la luna arderá a tu vera
    fumigando aromas de menta.

    ¡Cuando tú me quieras!
    mi corazón: diamante rojo del pecho
    será el corazón tuyo… ¡tuyo!

    ¡Cuando tú me quieras!
    expiraré de un infarto,
    me desmayaré a excelsa emoción.
    El día que me digas que me amas
    agonizando pediré tu extremaunción,
    solo ¡cuando tú me quieras!

    ¡Cuando tú me quieras!
    los desiertos de áridos quebrantos
    estrujaran a borbotones agua dulce;
    ¡cuando tú me quieras!
    ante un intento desesperado
    perderé los sentidos y seré un títere;
    el otoño engendrara primaveras;
    flotaré como el ser más amado
    y de penumbras alegóricas moriré.

    ¡Cuando tú me quieras!
    hechizo de hadas sentiré,
    serás aquella de cuento de princesas;
    ¡cuando tú me quieras!
    el inspirador piropo escribiré.
    -¡te amo!- si tan solo me dijeras.

    ¡Cuando tú me quieras!
    gaguearé exacerbado por ataques isquémicos,
    cuando digas que me amas
    mi cuerpo de carne se tornará seda;
    sentiré el poder y karma de tu alma
    en la yema de los amores verídicos…
    de emoción ya muera
    si tan sólo llegase el día
    de mis sagradas Ave Marías… pues será:
    ¡cuando tú me quieras!
    A cayendo como las hojas le gusta esto.
  9. Olvido rompes un recuerdo
    de esos años inconclusos marcados;
    distancias… ¡amores!
    y ella el corazón ha mermado;
    olvidarla no puedo…
    un nuevo amor en otra mujer.

    Mariposas blancas, abejas negras;
    flores blancas y azules desteñidas
    de primaveras encandilantes…
    esa mujer es la que venera
    mis latidos punzocortantes
    aun así de nada es culpable.

    Un nuevo amor… ¡imposible!
    hay semejantes, parecidos,
    similares y hasta peores
    pero igual ni en otra vida;
    la ilusión de nuevos amores;
    seré tímido como una mascota
    que se extravía;
    y ella me buscará sin temores.

    Un nuevo amor... ni siquiera puedo verla,
    ya no sé lo que el corazón dice
    quizás ya no ame a ella
    y me haya enamorado de quien nunca quise.
    A cayendo como las hojas le gusta esto.
  10. Entre la taquicardia y síncope
    existen 3 mujeres que son un tesoro
    no hay jerarquías, solo un vínculo;
    justo ahora que estás tan solo
    corres a su encuentro en trotes
    y estas tres chicas forman un círculo.

    El amor es la mujer más bella
    su corazón tiene pétalos, parece una escarapela,
    y con el pasar de los años es más hermosa;
    musa con su afinidad erosiona el sentir;
    su rostro pálido, palo rosa,
    de sus afectos no se puede prescindir.

    El ángel es la amiga casual;
    tiene los ojos de rubíes verdes,
    su sonrisa cultiva la brisa de claridad,
    es la persona que alegra el alma fatal,
    es aquella que otorga su amistad,
    y quita de ti, esos pesos de adobes
    los cuales te pueden matar.

    Una amiga es la única que deroga la pena,
    con colonia sugerente y piercing;
    es la chica de ojos negros,
    es una amiga eterna,
    y con ella no finges, eres integro
    juraron ser amigos hasta el fin.

    Los 4 tomados de la mano,
    son personas nobles y ordinarios;
    con pensamientos puros y algo de mancilla;
    son polifacéticos humanos…
    de ellas jamás te olvidarías
    porque tu sentir por ellas, es milenario.
    A cayendo como las hojas le gusta esto.
  11. Meciendo entre el viento
    la cabeza alborotada, y un sí,
    demostrando lo que siento,
    aquel cariño que nace en mí.

    Bajo la penumbra de palabras sinceras,
    en la rebosante claridad de luz,
    y verla aun preciosa, demasiado bella,
    en las precipitaciones de una cruz.

    Con manitas temblorosas,
    ojitos blancos sin pupila sin mirar,
    tu feminidad deseosa,
    tu cuerpo, sueña con poderte amar.

    Repitiendo incesante tu nombre,
    sonante inquietudes,
    viendo solo tus virtudes,
    en la vida antisocial y pobre.

    La voz se quiebra al declararse,
    y al final solo decir: te extraño,
    y la oportunidad no llega a darse
    para decir: te amo
    A cayendo como las hojas le gusta esto.
  12. Si yo fuera un pequeño gato…
    no importaría que fuera negro, blanco o naranja,
    sin discriminar me acariciarías.
    No importaría si fuese chusco o de linaje
    en tu amor gatuno me abrazarías;
    ni importaría si los ojos fueran azules y amarillo la retina
    con oírme ronronear sonreirías,
    y lavarías con tu dulzura mi pelaje.

    Si fuese un liliputiense gato…
    no importaría que dijera: te amo, te quiero, te adoro,
    o millones de acepciones sinonímicas,
    solo bastase un ¡miau! a cada rato....
    y si jugase con tu pelo como si fuera cola de ratón
    y si tú fueras mi gata policroma.

    Si fuese un pequeño gato…
    amado como un amuleto,
    como si fuese un Maneki-Neko,
    si tú fueras mi gata de garabatos.

    Si al menos fuera un gato foráneo…
    igual me vieras y deslizarás tu mano
    haciéndome cariño en mi lomo;
    con oírte llamarme correría instantáneo;
    si fuese un gato maullante y bobo,
    me darías comida con sumo cuidado.

    Si solo fuese un gato…
    me echaría a tu lado como una rosquilla,
    y mis orejas puntiagudas oirían tu suspiro;
    al levantarme me estiraría hasta notar mis costillas
    te diría solo ¡miau!, ¡miau!, gatita mía,
    y si fuésemos gatos de techo en techo andaríamos
    si tan solo en gato fuésemos convertidos.
    A cayendo como las hojas le gusta esto.
  13. Eres el misterio de mis sueños
    no sé si puedes sentirme,
    un tu aluvión salvadoreño,
    puedo como el hielo derretirme.

    Poquito a poquito te voy conociendo,
    un amor pasado aún conservo,
    pero reina a tu lado
    siento el deseo de decirte
    que eres mi nerviosismo,
    y eres la fruta que no se come
    y el destino tu amor me impide.

    De repente estoy confundido,
    y dentro de ti haya escondido
    un gusano en capullo,
    que volará como una mariposa
    como escultor tu figura acuño
    y pienso: ¿Por qué serás tan hermosa?

    No sé quién eres
    no puedo verte ni hablarte,
    incluso llegue enamorarme
    aunque me digas: no te aferres,
    qué te olvide, no puedes obligarme.

    Tus pides que te acaricie
    que te bese y romper la muralla,
    llegar al beso de ti, doncella,
    porque de tu licor me envicié

    No te conozco eres tan rara,
    es como si no existieras,
    te esfumas como la garúa de verano
    y si no fueras tú ¿Quién fueras?...
    no te conozco pero amo tu angelical cara
    y siento que de ti me he enamorado.
  14. Una vez alguien dijo: ¡Chica allí viene tu galán!.
    era un día cuando salimos de clases...
    y hoy recuerdo, esa palabra que agrada
    hoy que dibujé y plasmé el recuerdo
    con tinturas magnas de imaginación,
    hice de ese recuerdo un cameo,
    aterciopelada sapiencia de veneración.

    La busqué por años,
    dejando pasar amores,
    dejando todo, siéndole fiel,
    y recordando: ¡seré su galán!

    Y hoy que la hallé
    me alegré, pues la encontré,
    y lloré al despedirnos,
    y entiendo que ya no valgo nada
    porque el mundo nunca quiso unirnos,
    y caí como el pez a la carnada.

    Esa mujer de vida infeliz que se resigna,
    a comer barro en su mitiga,
    y yo pensé hacerla reina del mundo,
    pero esto es la verdad.

    Nunca, nunca me amó,
    y las busqué por años
    nada justifica la ilusión de niño,
    solamente de ella me enamoré,
    pero de mí, se olvidó,
    y por mí, ni una lagrima botó
    y el galán… se extravió en el camino.
    A Brise y Lorenha les gusta esto.
  15. El poeta que canta la añoranza,
    el poeta que se sube a los columpios
    de una dama de cabellos frisados…
    porque es ¡el poeta enamorado!,
    lobo de luna llena, gato de plenilunio.

    El poeta que admira la noche azul plateado,
    quien coquetea con las estrellas,
    quien saluda los cuerpos celestes,
    y pensar…en ¡el poeta enamorado!,
    erradicando amores de este a oeste,
    aquel que arrulla una luz de centellas.

    ¡El poeta enamorado!,
    quien en la vía láctea se va a llorar,
    el poeta desquiciado…
    un poeta que quiere volverse a enamorar.

    El poeta delgaducho,
    de lunares que son manchas galácticas,
    semejante al camino de hormigas
    es ¡el poeta enamorado!, que da mucho
    … más estresante que problemas de matemáticas,
    Y quien de los postres solo recibe migas.

    El poeta que habla con animales,
    el escritor que bota fuego con tintas,
    y muchas veces un torpe novato,
    incapaz de cultivar cualidades,
    y en el índice de las vidas
    digo que es ¡el poeta enamorado!.