El blog de Alberto Alcoventosa

EL MAR Y TÚ

Observo el mar muchas veces,
piélago de aguas inmensas,
azules cuando amanece,
cuando oscurece tan negras.

Y sin hacer gran derroche
ni alarde de fantasía,
contemplo tu alma de noche
y tu mirada de día.

Pues azules son tus ojos
que transmiten alegría,
pero tu alma es aquel pozo
de nieve enlodada y fría.

Ese mar que siempre une
pero que a veces separa
con aguas negras o azules,
según nos muestre su cara...
​

EL PASTOR


Estoy bajo la sombra de la higuera
dormitando la siesta vespertina,
como un huésped de estancia palatina
sobre cama lujosa y placentera.

Del espléndido otero en la ladera,
el frescor del regato se adivina,
prestando gran alivio en la calina
ya notable a final de primavera.

El rebaño que pace en la pradera
apartado a la fresca, en una esquina,
el calor de estas fechas mal tolera.

A punto de secarse la rivera,
la marcha al alto pasto se avecina
de la montaña verde que me espera.

​

AMOR


Un suspiro adivina
acariciar su pecho
y escucha satisfecho
la voz que la ilumina.

Buscando su mirada
le alcanza el corazón
y entiende, con razón,
que se halla enamorada.

Las manos entrelazan,
sus cuerpos se aproximan,
los brazos que la miman
amorosos la abrazan.

Prendado de embeleso
invoca el sortilegio
y en dulce privilegio
se funden en un beso.
​

EL LADO OSCURO DEL CORAZÓN

En un marco de amor y fantasía,
ayer me imaginaba aquella escena
y en ese mismo instante de mi vida
me pareció genial, sublime y bella.

No sé si porque allí te presentía
o porque en sus palabras vi poesía:
las palabras que dentro de mis sueños
yo siempre imaginé que te diría.

Tu verdad, me llegó tan, tan adentro
que al cabo de un momento ya volé:
fui volando tan libre por el cielo
que al final de mi vuelo te encontré.

Y en esa eternidad de lo inconcreto,
de ese segundo nunca repetido,
dejé la realidad de un dulce beso
por el placer de haberte poseído.
​

EN MI MÁS TIERNO RINCÓN.

Aún conservo el color de tu mirada
en la fibra más sutil del corazón
y cuando te busco dentro de mi alma
te encuentro siempre en su más tierno rincón.

Aún conservo en mi pecho tu recuerdo
agarrado a las perdidas esperanzas
de volver a a disfrutar de nuevo el cielo
dibujado en mis memorias de semblanzas.

Disfruté tu bello cuerpo sin fronteras
más allá de tu salvaje identidad
dejando que un disparate de quimeras
fluyera en cauce repleto de ansiedad.

Nunca olvido tus abrazos amorosos
en la noche que adoptamos como nuestra
añorando tus cariños dolorosos
al saber que en realidad no se concretan.

​

COSAS

Hay cosas que me gustan, me fascinan,
otras que no me dicen casi nada,
las hay que nunca arrancan mis palabras
por no valer un gramo de saliva.

Cosas que, de repente, te encandilan:
un gesto, una sonrisa dedicada...
cosas que una mujer que te cautiva
te dice con tan solo la mirada.

Hay cosas que en la vida nombraría,
cosas que nunca quiero recordar,
quizá por miedo o simple cobardía,
llagas aún muy lejos de sanar...
​

A VECES

A veces, sosteniendo las miradas,
inmersos en la magia del momento,
evitamos hablarnos con palabras
y hablamos con las voces del silencio.

A veces, con las manos enlazadas
y el alma susurrando al corazón,
olvidamos los todos y las nadas,
pues los todos contigo nada son.

Entonces el silencio con sus voces
y nadas que contigo todo son,
despiertan como víboras feroces
y envenenan las almas de pasión.
​

OJOS TRISTES

Yo lo que quiero, muchacha de ojos tristes, es que mueras por mí...
(Contigo, Joaquín Sabina)



Su mirada era profunda,
muy cálida y transparente,
con la belleza rotunda
del nenúfar en la fuente.

Me miró con unos ojos
tristes cual nube de estío
provocando mil destrozos
en mi corazón dormido.

Me cautivó su mirada
de fingida timidez
inundando mis entrañas
de una dulce insensatez.

Con ella pasé momentos
bastantes para una vida,
hicimos el mundo nuestro
probando fruta prohibida.

Hoy habita en mi recuerdo
acurrucada en su nido,
arrebatándome el sueño
y robándome el sentido.
​

MADRUGADAS
​

Necesaria es la ilusión,
chispa y motor de la vida,
sin ella tu corazón
solo es víscera vacía.
¡Benditas las ilusiones!,
vanas en su mayoría,
aun carente de razones,
si faltasen, ¿qué sería?​

Despierto en las madrugadas
buscándote entre mis brazos
y se esfuma mi esperanza
pues solo el vacío hallo...

Y así una noche tras otra
voy consumiendo mis días
en interminables horas
de sueños y fantasías.

Siempre esperando la luz
que ilumine mi existencia,
desafïando el tabú
de tu imposible presencia.
​

​

​

LA BAÑERA

Ayer te vi tal cuál eras
quitándote las enaguas,
metiéndote en la bañera,
enamorada del agua.

¡Qué envidia sentí de ella!,
de cómo te acariciaba,
y cómo tu consentías
que contigo disfrutara.

Luego, saliéndote fuera,
miré cómo te secabas
esa piel tan suave y tersa
de seda aterciopelada...

y en ese preciso instante
que las gotas adornaban
tu desnudo delirante,
¡deseé ser la toalla...!
​

PÍDEME LO QUE TÚ QUIERAS

Te puedo dar un palacio
como en los cuentos de hadas,
con tal de oír de tus labios
lo que dice tu mirada...

Pídeme que pare el tiempo,
que lo detenga un segundo,
que por tan solo un momento
nos ausentemos del mundo.

Pídeme a mí los luceros,
las estrellas y la luna,
que las bajaré del cielo
si es preciso una por una.

Pero no me pidas nunca
que me aleje de tu lado,
porque yo no tengo culpa
de estar tan enamorado.
​

NO ESCUECEN LAS VERDADES

No escuecen las verdades,
me duelen las mentiras,
oscuras falsedades
cruelmente concebidas.

Me duelen tus reproches,
infundios de escalera,
azote de las noches
pintado en mis ojeras.

Me duelen tus calumnias
infames, destructivas,
que hieren como injurias
hurgándome en la herida.

Pero lo que más duele
es tu ilusión frustrada,
tu rabia incontinente
de amante despechada.
​

HOY TE HE DEJADO DE AMAR

Hoy he vuelto a transitar
por senderos conocidos
y he podido disfrutar
de un día por fin tranquilo.
Hoy me he vuelto a levantar
cuando se acuestan los grillos,
sin tenerte que esperar
colgado de tus caprichos.
Hoy he vuelto a respirar
un aire desinhibido,
sin tener que soportar
tus reproches repetidos.
Me he podido liberar
de tu tiempo compartido
y lo puedo manejar
a mí mejor albedrío.
Con deseos de llorar
y el corazón encogido,
pero feliz de expulsar
mis demonios contenidos,
te tuve que confesar,
sabiendo que te he mentido,
que te he dejado de amar
para seguir siendo mío.
​

DORMIDA ENTRE MIS BRAZOS
​

Cuando te vas a dormir
al llegar la madrugada:
nos miramos sin decir
lo que dice la mirada. ​

Otra vez que te duermes
desnuda entre mis brazos,
diciendo que me quieres
rozándome los labios...

Otra vez te has dormido
mirándome a los ojos
con tu mirar tan cálido,
profundo, cadencioso...

Me quedo contemplando
tu plácido descanso,
te observo disfrutando
prendado de tu encanto.

Me voy muy despacito
por no turbar tus sueños
con un deseo implícito:
estar dentro de ellos.
​

EL PRIMER BESO DE AMOR

Ambos, primero buscan la mirada,
la evitan y, furtivos, la devuelven,
de pronto, las cabezas se aproximan
y la magia de, pleno, los envuelve.

Muy tímidos, sus labios ya se rozan,
de nerviosos, brindando con los dientes,
las dos bocas, ansiosas, entreabiertas
se transforman en fuego adolescente.

Las dos lenguas se encuentran y se acoplan
y por fin se restriegan largamente...
Esa primera vez jamás se olvida
porque nunca te deja indiferente.
​